Desde el grupo de feministas del RPS hemos dicho que estamos viviendo un segundo momento de institucionalización, que incluso es más agudo que el primero ocurrido en los años 90, porque hoy es todo el aparato institucional que trata de cooptar el concepto feminista para transformarlo en una dependencia gubernamental, del Estado capitalista y no del movimiento, no de las mujeres y esto es gravísimo.