Bolsonaro: “El error de la dictadura fue torturar y no matar”
El gran héroe ídolo de este hombre (Bolsonaro) fue el primer agente de la dictadura en ser reconocido como torturador por la justicia brasileña. Es responsable, por lo menos, de 45 muertes y desaparecimientos– o sea, ejecuciones sin derechos a defensa o juzgamiento judicial. Carlos Alberto Brillante Ustra golpeó y aplicó choques en una mujer embarazada de 7 meses. Colocó a mujeres y hombres en ‘pau de arara’, aplicó electrochoques en lugares diversos de sus cuerpos, incluyendo pezones y órganos genitales, sometió a personas a ahogamientos, palmatoria y palizas. Llevó dos niños (de 4 y 5 años) para asistir a sus padres torturados, desnudos, sucios de vómito, heces, orina y sangre. Este es el héroe de un candidato a la presidencia. Pero necesito seguir argumentando.
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La cuestión no es el PT, sino la presidencia de un Bolsonaro capaz de decir a una diputada, en público, que “no merece ser violada por él”. O que el problema con la Dictadura no fue la tortura, sino que no matara en lugar de torturar. Yo no represento a nadie más que a mí mismo. Ni apoyo a ningún partido. Simplemente, creo que es un caso de defensa de la humanidad, porque si Brasil, el país decisivo de América Latina, cae en manos de este deleznable y peligroso personaje, y de los poderes fácticos que los apoyan, los hermanos Koch entre otros, nos habremos precipitado aún más bajo en la desintegración del orden moral y social del planeta, a la que estamos asistiendo.
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Bolsonaro es equiparado por los medios europeos con Donald Trump o Matteo Salvini, pero eso es un error. Es aún peor en el fondo y en las formas. En la campaña no solo ha defendido la dictadura militar brasileña (1964-1985), sino que ha propuesto que la policía tenga carta blanca para matar en un país donde se registran 60.000 homicidios anuales, señala el diario español El País.