No es Giorgio, ni la Bea, ni Depolo, ni otros parecidos/iguales los responsables de la tinta que corre a raudales por todos los medios de comunicación, es la puesta en escena de como la vieja forma de hacer política vuelve a reproducirse, algo así como una tragedia griega, todos conocíamos el final pero nada se hizo por impedirla. El triunfo del amiguismo, los nosotros primeros, el que en más fotos sale, el más invitado a la TV. Se repite lo mismo que los hijos/viejos del binominal que ya más arrugados deambulan por los pasillos del parlamento.