¿No hay ninguna cláusula en la malparida constitución del 80 que nos permita defendernos?
Porque hay que ser muy ingenuo para creer que Madame, que anda en Nueva Zelandia firmando el TPP, está en el puesto que está, por sus méritos de estadista. Está donde está porque la pusieron allí, casi como a Sancho Panza en la Ínsula de Barataria, ese reino creado por unos duques para burlarse del Quijote y de su escudero Sancho que fue nombrado Gobernador, solo para hacer mofa de él. Así estamos nosotros, y parece que este tinglado hubiera sido hecho a propósito para burlarse de nuestra candidez. Todo es absurdo y ridículo y chambón.