La buena noticia es que al fin las cosas empiezan a decantarse a favor del pueblo, porque sin lugar a dudas que Chile cambió, pero no de la noche a la mañana, lo que es necesario decirlo, el momento que estamos viviendo hoy, es fruto de la decisión y del trabajo de cientos de jóvenes, nuevos liderazgos que poco a poco se fueron organizando en el mundo estudiantil, en los territorios y poblaciones, generando conciencia en el pueblo e interpretando la necesidad expresada por la mayoría de liberarse del modelo neoliberal  que nos oprime y que nos empobrece.