«Mi población El Castillo, La Pintana…»
Miren esas viviendas, ese barrio, esa calidad de vida en la que crecimos muchos niños, la indignante precariedad del entorno, la violencia en la que crecimos, la falta de oportunidades que se reflejan en la foto. En mi pobla ODIAMOS a los pacos, siempre los odiamos porque NUNCA vinieron cuando a nuestras madres les sacaban la cresta sus maridos, nunca vinieron cuando en mi colegio religioso abusaron de mis compañeros, no estuvieron cuando mataban a alguien en una balacera, no venían nunca.
“La energía que destinan las mujeres a la subsistencia de ellas y sus familias es impresionante; no hay salud mental que soporte vivir en esas condiciones”
Las mujeres a las que entrevisté en La Pintana trabajan de las nueve de la mañana a las seis de la tarde, nueve horas, y para llegar a ese trabajo tardan una hora y media de ida y otra de vuelta, suma otras tres horas. Además deben ir a reuniones de apoderados, mantener limpias sus casas, cocinarles a sus niños, llevarlos al control de salud, organizar su cuidado, ganarse unos pesos extras haciendo trabajos informales. Es imposible que no terminen reventadas. Y se les culpa de no tener cotizaciones previsionales regulares, de presentar “lagunas”.
Velorio del compañero Primera Linea, Mauricio Fredes, desde La Pintana
«Si no hay justicia para el Pueblo, no habrá paz para el gobierno»
Mauricio Fredes, caído el viernes 27, era un Obrero de la Construcción
Su tío, Luis Cordero dijo que su sobrino: “Trabajaba en construcciones. Su oficio era ser yesero y pintor. Y por lo que yo sé, fue a la Plaza Italia con los amigos a ver qué sucedía, cómo era la cosa”.
Además indicó que tanto él como la abuela de Mauricio se enteraron ayer que el fallecido era su familiar. Mientras sus conocidos averiguaban en comisarías y en Fiscalía si había novedades sobre su paradero, Cordero comenta que llegaron efectivos de la Policía de Investigaciones hasta su casa y le confirmaron el deceso.