América Latina y la vejez maltratada
Hace pocos días atrás la CEPAL junto a una nueva publicación conjunta con los organismos de las Naciones Unidas (OIT), expresa que la falta de ingresos de jubilaciones dignas obliga a muchos hombres y mujeres de más de 60 años de la región a tener que seguir activos en el mundo laboral para poder sobrevivir en mediana o precarias condiciones, sin que se garanticen sus derechos humanos mínimos.
No+AFPs: “La gente cree más en nuestro movimiento que en los políticos”
La expresión de molestia de la gente es valorado por los convocantes. En ese sentido, Mesina aseguró que el problema es que en Chile “no quieren entender que no se puede construir un país sobre la base de una distribución tan desigual del ingreso; no quieren entender que vamos a seguir peleando porque no queremos ver más a viejos muriendo en una plaza porque deben seguir trabajando después de jubilar porque tienen pensiones indignas”.
¡Los viejos no pueden esperar!
“Los pobres no pueden esperar” repiten una y otra vez los referentes morales del mundo, pero a ello debiéramos agregar que menos espera es la que pueden soportar, todavía, los ancianos, los que ya han trabajado toda una vida. Pero para los que gobiernan, para los que ya se hicieron ricos, como para sus cómplices y encubridores, por supuesto parece “extremista” exigir una reforma pronta y contundente al sistema previsional. Así como hasta “terrorista” podría parecerles que, además de abogar por la demolición del sistema, se exija desde ya incrementar las pensiones que reciben tantos chilenos.