China: «La hegemonía estadounidense y sus peligros»
Desde que se convirtió en el país más poderoso del mundo tras las dos guerras mundiales y la Guerra Fría, Estados Unidos ha actuado con mayor audacia para interferir en los asuntos internos de otros países, perseguir, mantener y abusar de su posición hegemónica, realizar actividades subversivas y de infiltración, y promover voluntariosamente la guerra, hiriendo a la comunidad internacional.
Servidumbre (in)voluntaria y manipulación de las mentes
La pandemia está poniendo claramente de manifiesto que una gestión racional y humana de la sociedad en materia de salud, alimentación, vivienda, educación, tiempo libre, etc. y el sistema capitalista son incompatibles.
Otra Vuelta de Tuerka- Pablo Iglesias con Álvaro García Linera
Pablo Iglesias conversa con el Vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera. Una entrevista con muchas ideas y aportes para quienes se atreven a mirar y ver la realidad, no los manuales ni los catecismos.
Izquierda, Constitución y hegemonía
Si algo se puede afirmar con alguna certeza acerca de las dificultades que están pasando las fuerzas progresistas en América latina, es que tales dificultades se asientan en el hecho de que sus gobiernos no enfrentaron ni la cuestión de la Constitución ni la cuestión de la hegemonía. Con la primera me refiero al conjunto de reformas constitucionales o infraconstitucionales dirigidas a reestructurar el sistema político y las instituciones para prepararlos ante posibles embates de los proyectos de democracia de bajísima intensidad. Por hegemonía entiendo al conjunto de ideas sobre la sociedad e interpretaciones del mundo y la vida que, cuando son altamente compartidas, incluso por los grupos sociales perjudicados por esas ideas, permiten que las élites políticas gobiernen más por consenso que por coerción, aun cuando gobiernen en contra de los intereses objetivos de grupos sociales mayoritarios.
Hablemos de crisis, hegemonía y una nueva guerra mundial
Parte de la dinámica que está derivando en la tensión mundial que observamos, incluidos los efectos que se perciben en nuestro país, tienen un origen en la crisis mundial económica, que no solo es producto de una mala gestión económica, sino porque está derivando en una disputa geopolítica, donde las consecuencias no dan espacio para el optimismo.
La intervención en Irak no fue para derrotar a Hussein, sino para trasladar la riqueza petrolera a EE UU, cuyas consecuencias aún no terminan y están en plena dinámica. Puede ser el gatillante de una tercera guerra mundial.