Al amanecer del sábado 9 de junio de 1979  el alto mando de las Fuerzas Armadas cubanas convocó a todos los oficiales chilenos, comunistas y socialistas, donde también estaban las doctoras. Cuando estuvieron reunidos en el teatro de la principal academia militar cubana, un oficial superior sin preámbulo alguno les dijo: Han sido convocados por el Estado Mayor a pasar un breve curso en lucha irregular…, en el momento oportuno se les darán más antecedentes de esta misión. La sorpresa fue instantánea y general, al momento fueron agrupados por militancia. Las doctoras recibirían un trato diferenciado.