Las plenarias y encuentros, de todo orden mostraban una fervorosa actitud marcada por la fraternidad y  decisión de lucha contra la injusticia, la búsqueda del entendimiento por sobre las diferencias y particularidades que concentraba el magno evento y la línea roja conducente era el antimperialismo, la claridad es que ese es el   enemigo principal de la humanidad, que genera las guerra, el hambre, la miseria y la crisis que sacuden los 4 puntos cardinales del planeta, todo ello  en medio de una bullentes actividad artística, cultural, con la exhibición de las artesanías originales, el colorido, la música y las vestimentas típicas de cada rincón del planeta participante. Fue una fiesta de la humanidad que se complementó  con la fusión de los participantes con el pueblo venezolano que desbordo las calles el 23 de enero en otra muestra del inmenso e inconmovible apoyo popular a la Revolución Bolivariana   con claro sentido  político: Otro mundo es posible.