Qué fantástica idea, esa de que un grupo de extranjeros procedentes de otro continente se pudieran apropiar de una nación ya existente y poblada, y convencer a la “comunidad internacional” de que eso era lo que moralmente había que hacer. Tal desfachatez movería a risa si el asunto no fuera tan serio. Más impúdica aún es la limpieza étnica masiva de la población indígena palestina por parte de judíos perseguidos que acababan de sufrir la limpieza étnica en sus propias carnes.