¿Cómo derrotar los monopolios mediáticos sin afectar a la libertad de expresión? El caso de Bolivia
«Nosotros lo que metemos en la Constitución es la democratización de la información sin afectar los intereses de absolutamente ningún empresario de los medios. Ellos siguen haciendo, ellos siguen teniendo las mismas cadenas que tenían antes, solamente que ahora existen organizaciones sociales que pueden tramitar su licencia ante el Estado. El Estado les otorga esa licencia y ellos pueden poner su radio comunitaria.»
¿Conectados o prisioneros de la conectividad?
Para nadie es desconocido que la tecnología avanza minuto a minuto, a un ritmo y alcance inesperado, que muchas veces se anticipa y supera nuestra más amplia imaginación. Vivimos en un contexto globalizado donde la información se transmite a gran velocidad, carece de frenos y no tiene fronteras, lo que nos enfrenta a individuos y organizaciones cada vez más complejas y demandantes, respecto de lo que hacen, lo que creen, lo que buscan o esperan para su vida y su desarrollo.
La comunicación popular es el camino
Golpear a todo lo que mínimamente huela a democratización de la comunicación –eje estratégico para superar las asimetrías existentes y desmonopolizar la palabra en beneficio de un mayor pluralismo y diversidad–, parece ser una de las prioridades de los gobiernos de derecha, legítimos e ilegítimos, en la región.
Carta Mundial de Medios Libres
Adoptamos la presente Carta mundial de medios libres, como resultado de nuestra reflexión colectiva iniciada en 2013, y como expresión de nuestra voz de resistencia y de compromiso a favor de una comunicación justa y emancipadora, atenta a las evoluciones del mundo y de nuestra Humanidad.
Somos mujeres y hombres comunicadores/as, activistas, periodistas, hackers, medios comunitarios, medios asociativos o libres, movimientos sociales u organizaciones populares.
Somos blogueras y blogueros, productoras/ores audiovisuales, desarrolladora/es de tecnología libre, asociaciones, redes, sindicatos, escuelas de capacitación de periodistas, centros de investigación sobre la información y la comunicación, y/u ONG de apoyo para el acceso a la información y a la comunicación.
¿A quién le conviene que existan menos radios comunitarias y canales comunitarios?
Hoy el estado gasta más de mil millones de pesos en equipamientos para detectar y cerrar todas las radios comunitarias que no tienen concesión, asegurando así que no exista pluralismo en la comunicación.