¿De quién es mi cuerpo?
Desde que comenzó la agricultura la mujer, antes igual al varón, fue destinada a las tareas no remuneradas del hogar, pasando a constituir junto con los esclavos, una especie inferior de humano. Y cuando se instituyó la guerra, los esclavos de ambos sexos, pasaron a ser objetos al servicio de una clase superior, los varones triunfadores de la guerra que pasaron a ser poseedores de sus cuerpos y sus vidas.
Cuidado del cuerpo versus culto del cuerpo
También es importante rechazar el «culto al cuerpo» promovido por la infinidad de gimnasios y otras forma de trabajo sobre la dimensión física, como si el hombre/mujer-cuerpo fuese una máquina desposeída de espíritu que busca desarrollos musculares cada vez mayores. Con esto no queremos de ninguna manera desmerecer los distintos tipos de ejercicios de gimnasia al servicio de la salud y de una mayor integración cuerpo-mente, los masajes que renuevan el vigor del cuerpo y hacen fluir las energías vitales, […]