La crisis moral, ética y política que impera hoy en Perú es de larga data, no sólo desde la derrota de la guerra del salitre – como lo diría Mario Vargas Llosa en Conversaciones en la catedral – sino más contemporáneamente, desde la dictadura de Alberto Fujimori y su ocaso, al descubrirse los Vladi-videos y su renuncia vía fax, hasta hoy.