Chile. El factor anticapitalista
La sensibilidad política general de la protesta se expresa en contra de las instituciones en su sentido más amplio. ¿Qué quiere decir eso? El malestar de la población corresponde a un complejo profundo que no limita con objetivos puramente económicos. Incorpora en sus motivaciones un acumulado histórico propio de las relaciones sociales devenidas del vínculo contradictorio entre señor y siervo, entre opresores y oprimidos. Entonces no se trata de una «masa» que persigue una mera “negociación sindical” o un “promedio” entre peticiones y ofertas. El movimiento no busca “un consenso”. No emergió desde abajo, volcánicamente, para “llegar a un acuerdo” con los poderes establecidos, independientemente de cómo se resuelva la coyuntura.
En Chile el ‘consenso’ es arma peligrosa
Hacia el año 1850… nos cuenta Arturo A. Muñoz, Chile propició la inmigración alemana. Y hubo que encontrar tierras en el sur. ¿Sabes cómo «limpiaron» cientos de miles de hectáreas? Quemándolo todo… Otro ejemplo que desmiente el carácter ‘inusual’ de los incendios. Y muestra que no siempre el responsable está donde se piensa…
Cambalache neoliberal: cualquiera puede ser político
El problema es que frente a la crisis global el régimen neoliberal sigue demostrando que no tiene capacidad alguna de gestionar el manejo efectivo de la agenda pública. Entonces, no es de extrañar que frente a la crisis actual el sistema insista en las mismas recetas y ajustes. En su concepción ideológica ya no hay códigos, ni carrera, ni especialización porque cualquiera puede ser político, como si se tratara de un cambalache.