La historia de 4 relojes de arena y dos palabras
We Tripantu –Año Nuevo Mapuche
Y la palabra mapuche sin entender, porque ella seguía sin poder decir lo que quería, que no era poco. Quería decir que parecía que algo andaba mal, que el progreso y la libertad no eran para todos. Y la seguían acallando a golpes, y la palabra porfiada, como son las palabras cuando tienen la razón, murmuraba furiosa escondida en un bosque de araucarias. Es que las cosas hay que contarlas, porque no se cuentan solas, decía en medio de la lluvia sureña. Clandestina estaba la palabra por querer solo ser ella misma.
Un par de palabras a Sergio Villalobos
La palabra mapuche es particularmente resiliente, perdurable, desplazándose en horizontes de futuro, porque lleva el pasado a lomo de caballo. No es cualquier palabra, pues está llena de memoria, de gritos, de violaciones, de despojo, de ira, de vergüenza y, también, de coraje y felicidad. No es la palabra maldita de tu racismo ario, Villalobos. Quizás no es la palabra perfecta, tal vez ni siquiera la más hermosa y certera, pero no es tu palabra fascista Villalobos. No lo sé, probablemente desciendas de una villa de lobos o eres un lobo de villa; sea como fuere, pareces ser como aquellos cánidos que demarcan su territorio mediante la hedienta orina.
El papel del racismo en la ofensiva imperialista
El pasado 23 de marzo el partido Frente Nacional (FN) logró importantes avances en las elecciones municipales en Francia. Nada sorprendente para quien haya observado un poquito la campaña electoral, en la cual los medios dedicaron una especial y muy elaborada atención al FN, un partido que promueve un rancio chovinismo y el racismo. Los medios audiovisuales y los diarios le dieron mucho espacio al FN, muchísimo más que al Frente de Izquierda (FI), que electoralmente tiene un peso superior o similar al del FN, como destacó Jean-Luc Mélenchon, dirigente del FI.