Los chalecos amarillos de Francia y los azules sin chaleco en Venezuela
Mientras los chalecos amarillos son un movimiento sin una cabeza visible, de naturaleza horizontal y que parte desde los sectores más bajos de la sociedad, los cinturones azules solo tienen un portavoz (Guaidó), es totalmente vertical (Guaidó fue impuesto por Donald Trump y sigue lo que sus funcionarios dictaminan) y ha emergido directamente como expresión de los sectores más ricos no solo de su país sino del mundo.
Dos hipótesis sobre la revuelta en Francia
El movimiento gilets jaunes viene conmoviendo a Francia y al mundo no sólo por la extensión temporal y la profundidad de su dinámica, sino además por las consecuencias políticas hasta cierto punto -aún- imprevisibles. En el acotado espacio de una página intentaré sintetizar en dos esferas (económica y sociológica) un documento de trabajo mucho más desagregado y extenso de conjeturas en éstos mismos planos y otros como el político.
Bello como una insurrección impura…
Terminada la jornada del sábado, el domingo los titulares fueron unánimes: “Chalecos amarillos: la movilización baja”. La TV, la prensa, la radio y el gobierno se muestran satisfechos. Fue lo que predicaron durante la semana, con sospechosa unanimidad. Sin embargo…
Nada está resuelto. La imagen del gobierno y la de Macron están por los suelos.
“Chalecos amarillos”: la peculiaridad de lo francés
Alemania y Japón tienen el dudoso honor de ser dos países en los que jamás triunfó una revolución. No por casualidad fueron también los que, precisamente a causa de ello, dieron nacimiento a regímenes tan oprobiosos como el nazismo y el militarismo fascista japonés. Por contraposición la historia francesa está signada por recurrentes revoluciones y levantamientos populares. Aparte de la Gran Revolución de 1789 hubo estallidos revolucionarios en 1830, otro mucho más vigoroso en 1848 y la gloriosa Comuna de París de 1871, el primer gobierno de la clase obrera en la historia universal.
Francia, quinto round: ¡Terrible violencia!
Seis muertos, más de mil heridos, miles de detenidos. Es el balance, al día de hoy, de la crisis francesa. Los muertos son chalecos amarillos. Como casi todos los heridos. Miles de detenidos, muchos de ellos a título preventivo, antes de manifestar: no es el parche antes de la herida, es Minority Report. Es duro ser la patria de los derechos humanos.
En Francia, les « gilets jaunes » exigen otro tipo de repartición de la riqueza creada
En Francia, el movimiento de “gilets jaunes” (chalecos amarillos), más allá de oponerse a otro impuesto “verde” vía los combustibles, exige un nuevo tipo de “repartición” de la riqueza creada. Lo que exigen no es un poco más de “redistribución” de la riqueza creada, como proponen los sindicatos, los congresistas, los partidos políticos y sus líderes; es decir, como proponen e imponen los representantes de la Democracia Representativa para proteger, directa o indirectamente, a sus amos, los grandes millonarios del planeta.
La France Insoumise de Jean-Luc Mélenchon ha expresado su apoyo a las protestas en Francia
Hace tiempo que modestamente sostengo que si en Francia no pasa nada, es decir, que si lo que queda de la mayor tradición social y republicana del continente se demuestra incapaz de reaccionar a esta crisis que incrementa la desigualdad social y arrasa con derechos costosamente adquiridos, entonces no pasará nada fundamental de signo liberador y progresista a medio plazo en esta parte del mundo.