Chile entre dos derechas
Mucho antes del denominado “estallido social”, se fue larvando una sensación de que las cosas llegaban a un límite insostenible. Pero esa sensación no tuvo como escenario ni el gobierno, ni el parlamento, ni los grandes malls, ni algunos balnearios elegantes. Desde las alturas de La Dehesa, no se alcanza a percibir las amarguras de la pobreza, ni la desesperación de gente que no puede llegar a fin de mes, ni la madre que vive la incertidumbre del futuro incierto de sus hijos, ni la impotencia del anciano que recibe una pensión que no alcanza ni siquiera para comer. Desde allí, las cosas se ven tan pequeñas que parecen no existir.
¿Evitaremos la catástrofe?
Hacia el final del siglo XIX todo indicaba que el mundo se encaminaba hacia una catastrófica conflagración bélica global. Las grandes potencias europeas se enfrentaban de manera creciente en…
Chahin y la orfandad demócrata cristiana
Curiosamente, el presidente del PDC, Fuad Chahin, ha dicho recientemente que “hay un mundo socialdemócrata huérfano, y si el PS y el PPD no quieren representarlo, la DC sí” (“El Mercurio”; 25-5-2019). Por cierto que hay una orfandad general que padecen las históricas bases de centro-izquierda de nuestro país. Pero lo notable es que el actual presidente del PDC parece ignorar que aquello afecta especial y gravemente a las bases que han sido, o que continúan siendo, del PDC.
La derrota es más fea que la vieja bruja: nadie se atreve a mirarla a la cara
Ahora, miremos a la cara a la vieja bruja de la derrota: Piñera ganó por más 600 mil votos de ventaja y 9% de diferencia sobre Alejandro Guillier; Piñera obtuvo el 54,57%, (ligeramente inferior al obtenido por Frei Ruiz-Tagle, en 1994). Guillier perdió en todas las regiones de Chile, salvo Aysén y Magallanes, y Piñera sacó más del 60% en la Araucanía. Lo mínimo que pudiéramos decir es que asistimos a una debacle de proporciones de la llamada “centro-izquierda”.
La lenta agonía del PDC
El cisma de la centroizquierda chilena llegó a ser total y antagónico durante el gobierno de Allende. Y puede considerarse el factor de fondo más importante en el fracaso del incipiente sistema efectivamente democrático chileno (1958-1973). Basta constatar en este sentido un resultado electoral que hoy nos parecería inimaginable: Que la centroizquierda logró en 1965, 138 diputados; y la derecha (en ese entonces, liberales y conservadores), 9 (sí, nueve). Ocho años después se produciría el golpe de Estado que permitió que la derecha refundara nuestro país a su entera voluntad, en condiciones de poder solo comparables a las previas a 1925…
La Estulticia de la centro-izquierda: un regalo para Piñera
A partir de 1938, salvo el caso de las candidaturas a la presidencia de la república de Eduardo Cruz-Coke y Fernando Alessandri, cuyos votos sumados eran más que los de Gabriel González Videla, candidato de radicales y comunistas, la derecha ha ganado solamente cuando la división y la displicencia de la izquierda se los ha permitido.
Donald Trump y la centro-izquierda global
Los líderes de ultra-derecha occidentales comparten un discurso similar: están en contra de la globalización, la que en las últimas décadas ha pauperizado a las clases medias trabajadoras. Curiosamente, se trata de una visión que originalmente fue concebida por la izquierda. Entonces, ¿qué ha sucedido en los últimos años para que una causa “progresista” se transformara en una bandera electoral de la extrema derecha?