Colombia: Un balance del Paro Cívico en Buenaventura
El lema de “Buenaventura se respeta, carajo” nunca dejó de sonar, la unión de los artistas, cantantes, maestros, líderes sociales, pequeños empresarios, familias entre otros, fue la base para presionar de forma estratégica la postura antagónica del Gobierno Nacional frente a los intereses, necesidades y demandas reales de los bonaverenses, ahora el desafío es más grande consiste en poder canalizar esos aires, sentimientos e ideas por parte de las distintas organizaciones sociales y comunales, que de forma organizada construyeron una propuesta colectiva, que ahora debe seguir para materializar lo comprometido por las autoridades.
Colombia: Buenaventura se respeta, ¡Carajo! (II)
La respuesta por parte del Gobierno Nacional es la misma de siempre: represión, militarización y violencia a través del uso legal del monopolio de la fuerza, bien lo podemos reconocer con la estrategia de criminalizar la protesta social, y recurrir a la presencia masiva de las fuerzas militares (policía, ejercito, marina) que tiene custodiado las partes estratégicas del puerto, permitiendo que continúe la entrada y salida de las mercancías.
Comunicado a la opinion pública nacional e internacional sobre el paro cívico en Buenaventura
No se explica como en el primer puerto sobre el pacifico del país por donde circula el 60% de los productos de exportación e importación, sus gentes, especialmente el pueblo negro se muera a la puerta de un hospital; que con más de ocho cuencas hídricas hayan familias que duren entre 5 y 6 días para tener agua potable, que el índice de desempleo sea tan alto y la violencia juvenil ante la falta de oportunidades sea constante. Según explica un informes presentado por el Banco de la República, el aporte de Buenaventura como zona aduanera está por encima de $4,2 billones a la nación, más que Cartagena, Bogotá, Barranquilla y Santa Marta.
Buenaventura, Colombia: qué pasa cuando no pasa nada
Y es que Buenaventura como decíamos, hoy día es víctima del ensañamiento de los señores del dinero y de las armas. Y no estamos hablando solo de los paramilitares y narcotraficantes, sino también y sobre todo de los señores ligados a la política y el poder económico formal. De hecho, esto es lo primero que hay que aclarar. Ya que contrario a lo que reza la matriz de medios como la revista SEMANA (ligada a la familia Santos y al uribismo), el terror no llegó a Buenaventura de mano de los paramilitares de la generación de los hermanos Castaños. El terror llegó antes: de la mano del propio gobierno nacional, las autoridades locales y los empresarios.