Carta al presidente del Banco Central Sueco por Premio Nobel de Economía a Milton Friedman
Cobra especial relevancia que esta institución bancaria concedió el Premio Nobel en 1976 a Milton Friedman por sus nefastas y destuctivas conjeturas neoliberales, las cuales únicamente son aplicables con el apoyo de ejércitos brutales y deshumanizados, al servicio incondicional de élites enquistadas en las altas esferas de la sociedad. Recalcamos que tales teorías están en clara oposición al pensamiento de Alfred Nobel. Hoy vemos en los tremendos acontecimientos sociales que suceden en Chile, el deplorable resultado de la aplicación de especulaciones económicas premiadas y reconocidas por el Banco Central sueco. En ese país sudamericano, el agua, que es un sí a la vida, es hoy día un bien privatizado de manera absoluta y total. La junta militar chilena en su momento, impuso las especulaciones de Friedman con la fuerza de las armas.
Cocoricó… Cocoricó…
Para hacerse perdonar el haber inventado la dinamita, y por vía de consecuencia la aparición de bombas capaces de despedazar alegremente las ciudades y los seres humanos que viven en ellas, Alfred Nobel redactó un codicilo en el que –dándole buen uso a la fortuna acumulada– mandó premiar anualmente a quienes aportasen “el más grande beneficio a la humanidad” por sus invenciones, descubrimientos y mejoras en diferentes ámbitos del conocimiento, por la obra literaria más excelsa, o por su trabajo en favor de la paz. Así, el premio Nobel fue entregado por la primera vez en el año 1901.