La gran valentía y fortaleza con que los chilenos y chilenas fueron capaces de vencer el miedo a una dictadura que seguía violando los Derechos Humanos. El problema no era de apatía o indiferencia. El problema era lograr vencer un  temor justificado, porque en esos años todavía se arriesgaba incluso la vida.Todo ese trabajo, al menos en lo que nos tocó conocer, fue trabajo voluntario. Miles y miles de chilenos dedicaron un porcentaje mayor o menor de sus vidas en participar de distintas maneras para ganar el plebiscito, sin que tuvieran financiamiento. Fue generoso trabajo voluntario.Sería imposible que el triunfo del NO hubiera tenido éxito sin la participación de las organizaciones sociales, políticas, personas y sus luchas previas que durante años se habían venido produciendo en el país.