Nuestra América
A los sietemesinos sólo les faltará el valor. Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses. Porque les falta el valor a ellos, se lo niegan a los demás. No les alcanza al árbol difícil el brazo canijo, el brazo de uñas pintadas y pulsera, el brazo de Madrid o de París, y dicen que no se puede alcanzar el árbol.
El tigre, espantado del fogonazo, vuelve de noche al lugar de la presa. Muere echando llamas por los ojos y con las zarpas al aire. No se le oye venir, sino que viene con zarpas de terciopelo. Cuando la presa despierta, tiene al tigre encima. […] El tigre espera, detrás de cada árbol, acurrucado en cada esquina. Morirá, con las zarpas al aire, echando llamas por los ojos.
Vea Documental de Santiago Alvarez: "El tigre saltó, mató, pero… morirá, morirá" (1973)
Epitafio (Seguiré siendo en quienes amé y me amaron)
no quiero dolor por mi partida,
yo no quiero nada de eso,
porque sólo dejaré de ser quien fui,
y seguiré siendo en quienes amé y me amaron,
también sé, que seguiré siendo en quienes no
me quisieron tanto;
además, quiero que sepan que no voy a ninguna parte,
pues no creo ni en paraíso ni en infierno,
más bien dicho, y de otra manera,
tuve oportunidad de conocer ambos en esta tierra,
cuando fui;
Pablo Neruda -Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto- Parral, 12 de julio de 1904
otra vez, junto a mi poesía
volvieron a vivir
mujeres y hombres,
que hicieron fuego,
construyeron casas,
comieron pan,
se repartieron la luz
y en el amor unieron relámpago y anillo.
Y ahora, perdonadme, señores,
que interrumpa este cuento
que les estoy contando
y me vaya a vivir
para siempre
con la gente sencilla.
Vea videos con Sabina
«… soy muy mala para este cuento…»
“… soy muy mala para este cuento … “ dices,
Mala , malita, malosa.
Mujer de la infancia linda y de las historias gozosas,
Niña de las esperanzas solas; niña de las ideas grandiosas,
Niña amada que se hizo mujer pronta,
Fuiste pícara inocente buscando un sentido
A cada despertar del día,
Saltaste, corriste, caíste, lloraste y reíste;
Tuviste sustos pueriles y maquinaste lúdicas maldades,
Creciste brotando como primavera florida,
«Padre, ¿qué le han hecho al bosque? ¿Qué le han hecho al río, que ya no canta?»
Padre
si no hay pinos
no habrá piñones,
ni gusanos, ni pájaros.
Padre
donde no hay flores
no se dan las abejas,
ni la cera, ni la miel.
Padre
que están matando la tierra.
Padre
dejad de llorar
que nos han declarado la guerra.
Vea estos videos, en compañía de sus hij@s
Culmina exitosamente Primer Festival de Cine Indígena de Valparaíso
La noche se vistió de escarcha a pasos del mar cuando, con aires de lluvia, finalizó el primer Festival de Cine Indígena de Valparaíso. Fue un saludo al We Tripantu, el año nuevo mapuche, a la memoria y al futuro de todos los pueblos indígenas en una ciudad como Valparaíso que sabe de memoria, de represión y muerte, pero también de lucha y dignidad. Como los pueblos originarios de Abya Yala que han pervivido con sapiencia antigua a pesar de la sistemática conculcación de sus derechos.
A la resistencia del pueblo hondureño
Levántate
junta tus cenizas dispersas
recoge tus vísceras de entre los escombros
injerta tus manos mutiladas
remueve tus piernas mohosas
desempolva tu magnífica calavera
crea tu propia imagen ante un espejo imaginario
¡Y a resistir
hermano
a resistir!
Una Mancha Agreste …
Una mancha agreste,
en el recuerdo,
aparece de vez en cuando,
Nubla mi sentimiento,
Nubla mis quereres
Nubla mis verdades
e idiotiza mi razón.
Es cruel el recuerdo,
Pero es más cruel
la esperanza,
aquella que siempre estuvo.
Es cruel
porque me abandona
El Dios en quien no creo y el Dios en quien sí Creo.
No creo en el Dios tan pluralista, globalizado y sincretista al cual todo le da lo mismo
ni en un Dios totalmente todopoderoso o “todomacanudo”.
No creo en el Dios que envió a su Hijo y lo dejó morir por nada
ni en el Dios que sólo nos juzga por nuestros pecados.
No creo en el Dios que solamente nos creó a nosotros en todo el universo
ni en el Dios encerrado en religiones y ritos.
No creo en el Dios que lleva la cuenta de tus caídas y no de tus levantadas
ni en el Dios que goza al castigar a quien lo contragolpea.
Sueños de una mujer alada
suelo soñar que vuelo muy alto
que me pierdo y encuentro
entre nubes y rayos
que me arrastran las tempestades
que se destrozan mis brazos
al transformarse en alas
y que se atrofian mis manos
de tanto atrapar el viento