El mismo miedo de todos los dictadores del mundo
uando se elevó el helicóptero que transportaba el ataúd del general Pinochet, apenas terminada la ceremonia en la Escuela Militar, quedó en evidencia su miedo. El mismo miedo de todos los dictadores del mundo. Miedo a que les hagan lo mismo que ellos hicieron con sus adversarios políticos. Y de ahí los guardaespaldas, los automóviles blindados y las extremas medidas de seguridad.
Hay mucho que desean ver sus responsabilidades incineradas junto con Pinochet
Algo similar ocurre con el fascismo en Europa. Enjuiciando algunas de las figuras más emblemáticas y folclóricas del Tercer Reich se ocultó la responsabilidad de los verdaderos artífices del engendro. Ni sus personas ni sus fabulosas fortunas amasadas gracias a la guerra, la agresión y la esclavización de pueblos enteros sufrieron percance alguno. Y no solo en Alemania.
Pinochet y sus imposibles blancas palomas
El Gran Culpable ha desaparecido, pero no la gran culpa, ese ente moral de perfiles históricos, ideológicos y antiéticos construído voluntariamente por aquél y sus sostenedores. El centro nuclear de esa culpa, esto es, el pensamiento de que es legítimo perseguir, torturar, asesinar o desaparecer a los adversarios políticos, por el simple hecho de pensar diferente, es la expresión más baja de calidad moral posible en un ser humano o gobierno, sea éste de derecha, de izquierda o de cualquier tendencia política.
La sombra perecedera de Augusto Pinochet
El legado de Pinochet
Siete consideraciones sobre el legado histórico de la dictadura
Pinochet, …que sólo repetía los preceptos de sus maestros sostuvo, con toda claridad, en el discurso inaugural del año académico de la universidad de Chile, el 6 de abril de 1979, “el sufragio universal no tiene, por sí mismo, la virtud de ser el único medio válido de expresión de la voluntad de la razón”. ¿Cómo puede este caballero pretender funerales como Presidente democrático?
¡Nunca más!
Lo que se ha visto en los últimos días es pus y materia de una herida abierta, que no se cerrará mientras aquellos, que junto a sus familias vivieron felices, disfrutando de la bonanza económica custodiada por tanques y metralletas, no comprendan que mientras ellos cantaban y bailaban, hubo por esos años otro país llamado Chile; una nación oprimida, en la que se destruyeron familias, vidas y sueños, mediante una política de estado, que cambió para siempre el destino de generaciones, que son las que hoy se manifiestan en las calles.
Señora Ministra: pedimos la baja inmediata o mañana será tarde
Estamos frente a un jovencito que está convencido que su abuelo era el dueño de ese fundo que se llama “ejército”. El actual Comandante en Jefe, con un mínimo de vergüenza y respeto por su institución, no dudo que lo dará de baja de inmediato, pues sino el que queda en ridículo es él: jefe de una banda armada, en que agarra el micrófono el más choro, el que se atreve, para quedar luego como el héroe.
Sr. Alejandro García Huidobro, ¿se puso nervioso?
DE MUY MAL GUSTO …
No por la imagen de los despojos del Asesino. La muerte es algo natural, en este caso se ha dado demasiado tarde o demasiado pronto según por dónde se mire. El mal gusto, lo que cuesta ver, es a estos tres energúmenos despidiendo a la Bestia con el saludo fascista.
Nadie los ha sacado a patadas en el traste, según tengo entendido. Se habrá tomado como algo natural –también-. Una demostración de afecto y respeto, según sus cánones, en un entorno en el que ‘para nada’ llama la atención.