Haití no es Tíbet: Las miserias del doble discurso
En los últimos días la población de Haití salió a las calles para protestar contra el escandaloso aumento de los precios de los alimentos, que se triplicó desde noviembre, y contra la presencia de las tropas de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH). La represión ordenada por los mandos de la misión provocó hasta ahora cinco muertos y decenas de heridos. Sin embargo, los que se rasgan las vestiduras por la represión en Tíbet y buena parte de quienes critican con entera razón al gobierno de Uribe, mantienen silencio ante los crímenes en Haití.
Acusación constitucional, una victoria a lo Pirro para la derecha
El gobierno actual ha perdido, torpemente, la mayoría en ambas Cámaras, fruta de la descomposición de la Democracia Cristiana y del PPD; los primeros al senador Adolfo Zaldívar y cinco diputados colorines; los segundo, a Esteban Valenzuela y al senador Fernando Flores; a la anterior situación de ambos partidos agregamos la más completa indisciplina: Pablo Lorenzini y Gabriel Ascensio se abstuvieron y René Alinco, no sólo renunció a la Comisión, sino que también se abstuvo. Se podría decir que sus propios camaradas prendieron la hoguera en que se consume nuestra “Juana de Arco Diaguita”.
El conflicto es chileno, no mapuche
[…] Los asesinaron por mapuches, acaso por pobres y, sobre todo, por indios, porque el Estado chileno surgió y se consolidó negando a los pueblos originarios, su cultura, su identidad y su territorio.
Por lo tanto, basta de hablar del conflicto mapuche. Este es un conflicto chileno, que se basa en el profundo racismo de las clases dominantes y en el abisal terror de conocer y reconocer su morenidad. Por ello, desde el poder, siempre afirmaron la chilenidad y negaron la mapuchidad, lo cual se ha transformado en el anverso y reverso de una matriz de dominación que ha perdurado hasta la actualidad.
Decadencia de los fantoches de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)
La creación de la SIP, nacida bajo los mejores augurios en Nueva York en 1950, fue una operación en que la inteligencia estadounidense pirateó descaradamente la organización panamericana legítima creada en La Habana en 1943. La SIP fue una criatura creada por la CIA, y como tal desde el comienzo evidenció sus objetivos de utilizar a la prensa como herramienta de dominación neo colonial en beneficio del imperio y de las oligarquías latinoamericanas. Sus fundadores y dirigentes máximos, los que sentaron las bases de su funcionamiento y orientación ideológica marcadamente anticomunista, fueron los agentes de la CIA Jules Dubois y Joshua Powers, y el funcionario del Departamento de Estado, Tom Wallace.
La europa del capital y la pobreza infantil
Siempre los medios de comunicación de centro derecha y que están al servicio del modelo económico capitalista neoliberal, despliegan grandes esfuerzos en mostrar a países como Estados Unidos y Europa, como naciones idílicas, donde los grandes problemas sociales estarían prácticamente resueltos, vales decir los relativos a un trabajo estable, seguro y bien remunerado, con acceso a una vivienda digna, servicio de salud eficientes, educación de calidad, pensiones dignas y donde
los niños vivirían felices.
Chile: la Concertación derrumbada y la CUT de Martínez
La Concertación y la Alianza por Chile forman la trama bicéfala de un mismo bloque en el poder. Sus distancias sólo pueden advertirse –y no siempre- en el ámbito de las libertades privadas (como el derecho a la anticoncepción) y cierto diferendo en el plano cultural –desposeído, vaciado de contenidos auténticamente transformadores- por la ladera concertacionista respecto del conservadurismo de la Alianza. Sin embargo, en el mundo de las relaciones económicas estratégicas, maneras políticas y represión popular, se diluye toda contradicción sustantiva. La desesperación de la administración de la Concertación tiene más que ver con sostenerse en el Ejecutivo por prestigio político y prebendas estatales que por proyectos de país distintos en juego.
Conde Drácula, Encargado de Derechos Humanos
Yo creo que Chile podría ser caracterizado verazmente casi como un régimen macabro. La presidenta es socialista y la policía tortura y mata a manifestantes. La coalición de gobierno cuenta con prohombres de la lucha contra la dictadura, pero la policía viola a diario los derechos humanos y civiles de cientos de miles de chilenos, abrumando a la población pobre con allanamientos y detenciones ilegales, uso de armas de guerra para reprimir manifestaciones, muchas de ellas pacíficas, extrañas muertes de detenidos en calabozos, destrucción, malos tratos y torturas a manifestantes detenidos.
Colombia: La paz necesita acciones responsables
La senadora Piedad Córdoba advirtió en declaraciones a La Jornada de México sobre las severas contradicciones del gobierno de Uribe.“Un día emite dos decretos para liberar guerrilleros presos y al otro anuncia que hará un cerco militar en las áreas donde supone están los retenidos. Al día siguiente, Uribe dice que hará un despeje militar para permitir que una misión médica visite a Ingrid, al mismo tiempo que el ministro de Defensa asegura que sus tropas no renunciarán nunca al rescate de los rehenes por la vía militar”.
Un nuevo golpe de Estado
El fallo del Tribunal Constitucional parece tan lleno de incoherencias, que la expresión que nos atreveríamos a utilizar es vergüenza, puesto que en el fondo la prohibición de la distribución de la píldora del día después en el Sistema Nacional de Salud es evidentemente una decisión de clase, y aquí hay que subrayar estas palabras porque se deja sin acceder a la píldora a quienes no tienen recursos y posibilidades de comprarla en la farmacia.
¿Cuánto cuesta una puesta de sol?
Si quisiéramos calificarla diríamos que ésta es una sociedad productivista, consumista y materialista. Es productivista porque explota todos los recursos y servicios naturales buscando el lucro y no la conservación de la naturaleza. Es consumista porque si no hay un consumo cada vez mayor tampoco hay producción ni lucro. Es materialista porque su centralidad es producir y consumir cosas materiales y no espirituales como la cooperación y el cuidado. Está más interesada en el crecimiento cuantitativo −cómo ganar más− que en el desarrollo cualitativo –cómo vivir mejor con menos, en armonía con la naturaleza, con equidad social y sostenibilidad socio-ecológica-.