Lula inaugura la diplomacia de la nueva era
por Leonardo Boff (Brasil)
15 años atrás 4 min lectura
El acuerdo alcanzado por Lula y por el primer ministro turco con Irán respecto a la producción de uranio enriquecido para fines pacíficos tiene una singularidad que conviene resaltar. Fue conseguido mediante el diálogo, la mutua confianza que nace de mirarse a los ojos y la negociación en la lógica del gana-gana. Nada de intimidaciones, de imposiciones, de amenazas, de presiones de todo tipo, ni de satanización del otro.
Ésa era y sigue siendo la estrategia de las potencias militaristas e imperiales que no se dan cuenta de que el mundo ha cambiado. Están incrustadas en el viejo paradigma del big stick, de la negociación con la vara en la mano o de la intervención pura y dura, para la cual todo vale; la mentira descarada, como en el caso de la guerra injusta contra Irak, la violencia militar más sofisticada contra uno de los países más pobres del mundo, como es Afganistán, o los conocidos golpes armados por la CIA en varios países, especialmente en América Latina.
Curiosamente, esta estrategia nunca ha dado ningún fruto en ningún sitio. Estados Unidos está perdiendo todas las guerras, porque nadie vence a un pueblo dispuesto a dar su vida hasta el punto de suscitar «hombres-bomba» para enfrentarse a un enemigo armado hasta los dientes, pero lleno de miedo y expuesto a la vergüenza y a la irrisión mundial. Lo que han conseguido es alimentar la rabia, el rencor y el espíritu de venganza, fermento de todo terrorismo.
La mayor amenaza para la estabilidad mundial hoy es Estados Unidos pues la ilusión de ser «el nuevo pueblo elegido» —así reza el «destino manifiesto» en el que los neocons, muy fuertes, como Bush, creen ciegamente— hace que se sientan con el derecho de intervenir en todo el mundo. Pretenden llevar los derechos humanos, cuando los violan vergonzosamente; quieren imponer la democracia cuando, en realidad, crean una farsa; buscan abrir el libre mercado a sus multinacionales para que libremente puedan explotar la riqueza de los países, su petróleo y su gas.
La diplomacia de Lula se contrapone directamente a la del Consejo de Seguridad y a la de Barack Obama. La de Lula mira hacia delante y se adecúa a lo nuevo. La de Barack Obama mira hacia atrás y quiere reproducir lo viejo.
El viejo paradigma supone que hay una nación hegemónica e imperial, en este caso Estados Unidos, que se rige por el paradigma del enemigo, muy en la línea del teórico de la filosofía política que fundamentó los regímenes de fuerza, Carl Schmitt (+1985), tal como él mismo hizo con el nazismo. En su libro El Concepto de lo Político dice claramente: «la existencia política de un pueblo depende de su capacidad de definir quién es amigo y quién es enemigo… el enemigo debe ser combatido y psicológicamente debe ser descalificado como malo y feo». ¿No fue exactamente eso lo que hizo Bush, llamando a los países de donde venían los terroristas «países canallas» contra los que se debía hacer una «guerra infinita»? Esta argumentación es sistémica, y funciona todavía hoy en la cabeza de los dirigentes estadounidenses. Las políticas inspiradas en ese paradigma ya superado pueden llevar a situaciones dramáticas, con serio peligro de destruir el proyecto planetario humano. Ese paradigma es belicista, reduccionista y miope, pues no percibe los cambios históricos que están ocurriendo en la línea de la fase planetaria de la historia, que exige estrategias de cooperación que busquen proteger la Tierra y cuidar de la vida.
El paradigma nuevo, representado por Lula, asume la singularidad del actual momento histórico. Nuestra percepción de fondo ha cambiado: somos todos interdependientes, habitamos juntos la misma Casa Común, la Tierra. Nadie tiene un futuro particular y propio. Surge un destino común globalizado: o cuidamos de la humanidad para que no se bifurque entre los que comen y los que no comen, y protegemos el planeta Tierra para que no sea destruido por el calentamiento global, o no tendremos ningún futuro. Estamos vinculados definitivamente unos a otros.
Lula, con su fina percepción por lo nuevo, actuó coherentemente: no se puede aislar y castigar a Irán. Hay que traerlo a la mesa de negociaciones, con confianza y sin prejuicios. Esta actitud de respeto dará buenos frutos. Y es la única sensata en esta nueva fase de la historia humana. Lula marca e inaugura el futuro de la nueva diplomacia, la única que nos garantizará la paz.
2010-05-28
* Fuente: Koinonia
Artículos Relacionados
Dos crisis de dominación oligárquica en Chile
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
12 años atrás 6 min lectura
La izquierda de América Latina en la cuerda floja
por Carlos Ufer (Chile)
19 años atrás 6 min lectura
Reforma electoral en Chile: ¿Por qué se utilizará el llamado “método D'Hondt”?
por
10 años atrás 2 min lectura
El legado de doce Rodriguistas asesinados por la CNI
por Enrique Villanueva Molina (Chile)
2 horas atrás
15 de junio de 2025
«Honor y Gloria eterna para cada hombre y mujer que se atrevió a luchar contra el terrorismo de estado y que entregaron sus vidas por la libertad de nuestro país…»
Discurso del Presidente Petro sobre lo que aterroriza a la derecha colombiana: la Reforma Laboral
por Presidente Gustavo Petro (Colombia)
3 días atrás
12 de junio de 2025
Alocución del presidente de la República, Gustavo Petro Urrego
Los últimos días de Gaza
por Chris Hedges (Gran Bretaña)
4 días atrás
11 de junio de 2025
No se puede diezmar a un pueblo, llevar a cabo bombardeos intensivos durante 20 meses para destruir sus hogares, pueblos y ciudades, masacrar a decenas de miles de personas inocentes, establecer un asedio para provocar una hambruna masiva, expulsarlos de la tierra donde han vivido durante siglos y no esperar una reacción violenta. El genocidio terminará. Comenzará la respuesta al reinado del terror estatal. Si creen que no será así, es que no saben nada sobre la naturaleza humana ni sobre la historia.
Declaración sobre el Derecho a la Libre Determinación del Sáhara Occidental y el Derecho Internacional
por Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales (España)
1 semana atrás
7 de junio de 2025
“La carta que el presidente Pedro Sánchez envió, el 14 de marzo de 2022, al rey Mohamed VI de Marruecos sigue siendo el secreto mejor guardado, al menos en su versión original. En ella, el jefe del Gobierno se alineó por escrito con la solución que propugna Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental.»