Ricarte Soto, Nada menos que todo un hombre
por Rafael Luis Gumucio Rivas
9 años atrás 4 min lectura
Recurro al título de una de las novelas, que Miguel de Unamuno llamaba “nivolas”, para resaltar mi admiración por Ricarte Soto. Él mismo se llama “opinólogo” y no reniega de la farándula, ni del programa Buenos días a todos, y al Canal que lo acogió. Muchos políticos mediocres y con altos grados de ignorancia en muchas materias, se dan el lujo de perorar contra la farándula para venderse como hombres serios y, a su vez, disimular su patética mediocridad. Ninguno de ellos ha hecho nada por el prójimo y sí mucho en su favor.
Ricarte Soto posee una gran cultura, adquirida en su exilio en Francia. Su padre, Elvio Soto, fue un gran cineasta de la época de la Unidad Popular – recuerdo la película Caliche Sangriento, que se atrevió a penetrar, críticamente, en la guerra del salitre y, posteriormente, Llueve sobre Santiago, sobre el golpe de Estado contra Salvador Allende. Al comienzo de su carrera fue comentarista político de Radio Cooperativa y, luego, se transformó en un agudo comentarista en Buenos días a todos, de TVN.
Acabo de escuchar unos comentarios políticos de Ricarte, con los cuales estoy completamente de acuerdo: inteligentemente, dice por ejemplo, “la primera vuelta debiera ser la verdadera primaria – tal cual como ocurre en el sistema político francés – presentarse todos los candidatos y, luego, seleccionar las dos primeras mayorías”. Sería largo detallar todas sus opiniones de orden político que le he escuchado, pero puedo asegurar que son mucho más profundas, analíticas y cultivadas que los de muchos columnistas que posan de politólogos.
No sólo porque ahora Ricarte Soto esté enfermo de cáncer, sino porque su compromiso con los demás siempre lo ha caracterizado a lo largo de su vida y de ahí su compromiso por los grandes desafíos. Cuenta Ricarte que la idea de la marcha de los enfermos le vino a la mente cuando un médico le dijo que en Chile nunca se van a abaratar los remedios, pues los enfermos no marchan por las calles.
Ricarte estudió, comparativamente, las realidades de Chile y Portugal que, según los economistas, tendrán el mismo per capita en dos años más. Portugal es un país en crisis: tiene el 18% de cesantía, mientras que Chile el 6%; el primero, tiene dos años de crecimiento negativo; Chile crece más del 5%; sin embargo, en Portugal el Estado financia los medicamentos para todas las enfermedades; en Chile, los particulares deben pagar la totalidad de todos sus remedios. En caso de enfermedades raras o incurables, las drogas cuestan más de dos millones de pesos, que sólo podrían financiarlas el dueño de Cencosud, la familia del Presidente Piñera, los Matte, y otros millonarios del país.
El objetivo de la marcha de hoy, 4 de mayo, fue bien preciso: se trataba de presionar al gobierno y formar conciencia pública de la necesidad de crear un fondo solidario y permanente, financiado por el Estado y los empresarios, con un bajo copago por parte de los enfermos o sus familiares, y así evitar la ruina o la muerte de las personas cuando tienen la mala suerte de padecer de alguna enfermedad rara o terminal.
Ricarte quería que la marcha se llevara a cabo con alegría – y no fuera la eterna lamentación, muy propia de los noticiarios de la televisión chilena, que usan a los desvalidos para ganar rating – y sus deseos fueron satisfechos con creces, pues la asistencia fue masiva e inesperada.
Chile, junto con México, son los dos países de la OCDE donde el porcentaje del PIB, destinado a salud, es el más bajo, y el Estado chileno sólo aporta el 25% del costo total de la salud, el 75% lo pagan las personas; el 72% se atiende por FONASA y el 17% por Isapres; ningún personaje público o adinerado está afiliado a FONASA. Las prestaciones públicas están sometidas a listas de espera, que duran, como un mínimo, seis meses en el caso del Auge, y años si las patologías no están en el Auge.
Estoy seguro de que la próxima rebelión social será la de la salud, pero antes necesitamos expulsar del poder al duopolio.
04/05/2013
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Estoy plenamente de acuerdo con el título del artículo, Ricarte soto nada menos que todo un hombre. Un buen artículo del autor.
felicitaciones, y un abrazo
Frente a lamenblemente situación de los chilenos y la chilenas, solo cabe decir ! Levántate Chile!
En Colombia también muchas Isapres facilitan los tratamientos médicos y diversos medicamentos asociados a enfermedades como las que cubre el Auge…pero sin tantas esperas ni drogas e alternativa….
Eso, mas ver como durante el año transitan hacia y desde el sur caravanas de buses de diversas empresas (y qué buses!) y se los ve casi vacíos, para cubrir grandes distancias con un combustible caro, y ver la cantidad de cadenas de farmacias proliferando casi como los puestos de venta de hortalizas o de sopaipilla, son cosas que llaman poderosamente la atención al viajero….
La actitud de Ricarte Soto es la de admirar.
Y de imitar.
Sumemonos a este tipo de manifestaciones, sin destruir nada. Porque la mejor política es la del ciudadano corriente, cuando no está aletargado por la gran nube del desconocer.
Muy buen artículo!