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"La deserción de las Masas", el ‘adefesio pinochetista’ y la falta de ética profesional de Diario 21 de Iquique

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En la reciente campaña electoral, Diario 21 asumió con todo el apoyo a la campaña de la alcaldesa Mirtha Dubost, la que por tercera vez fue derrotada por el  «choro» Soria, el viejo caudillo nortino.

¿Cómo definir al Diario 21?
Su gerente es Don Patricio Meza, militante RN, y el Director es Héctor Vivero Donoso, quien después de ejercer durante años la profesión, finalmente, no hace mucho, se tituló por fin de periodista en la Universidad del Mar, sede Iquique. No deja de llamar la atención que esto ocurre cuando el Jefe de la Carrera de Periodismo es su íntimo amigo, Héctor Cabrera Rojas, también militante de RN, y parte del elenco profesional de dicho diario. Si este último “le ayudó a hacer las tareas” para obtener el famoso “cartón”, es algo que muchos tienden a pensar.

La falta de ética profesional de Diario 21
Pareciera ser que los problemas que aquejan a la Universidad del Mar por la conducta de sus dueños, no sólo son financieros, sino también académicos, pues la conducta de uno de sus profesionales egresados, el Señor Héctor Vivero Donoso, nada menos que Director de “Diario 21”, deja bastante que desear en lo ético y en lo técnico.

Deja que desear en lo ético, pues el Señor Vivero debería saber que existe lo que se llama “derecho de propiedad intelectual” y que no se puede tomar el texto creado por otro periodista, cambiarle un par de frases y volver a publicarlo bajo su nombre, como si fuera 100% un producto de su trabajo. En lo técnico, el problema no es menor, pues Vivero, como director de un diario, debería saber que vivimos, desde hace rato, en ‘la gran aldea global’, en la cual su diario puede ser leído en cualquier lugar del mundo y hay que ser muy requeté gil para pensar que nadie se va a dar cuenta de su torpe y delincuencial actitud. Decimos “delincuencial” pues apropiarse del producto intelectual de otro profesional es un delito, es un robo, aquí y en la “Quebr’á del aji”.  Si a Vivero le pareció interesante el artículo de Alvaro Cuadra, no hay problema en que lo cite, lo comente, lo critique, le introduzca nuevas ideas y reflexiones, pero, primero que nada, cite la fuente de la cual tomó el artículo, mencionando al autor de más de 94% del texto que publicó, nada más y nada menos que como “Editorial” del “Diario 21”. Ni si quiera se puede hablar de plagio, pues según el diccionario de la RAE  plagiar es “Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias.” Aquí no se copió lo sustancial, sino la casi totalidad (94%).

La idea completa de Alvaro Cuadra que censuró Vivero reza así “Chile quiere otra democracia más participativa y justa que nos represente a todos y no este adefesio pinochetista que nos ha conducido  a la nefasta situación en que está sumida la política entre nosotros.”  El texto en rojo es el 6% al cual el Director del diario, responsable del Editorial. “le metió tijera”, dejando en claro por quién sigue latiendo su corazoncito.

En todo caso, hay que mirar también los aspectos positivos de este “robo intelectual”: Diario 21, dirigido por hombres de RN, se atreven a dejar la frase final del artículo de Alvaro Cuadra cuando dice que ya “es hora de pensar en una nueva democracia con una nueva constitución.” Y eso es positivo. Hasta hace muy poco tiempo, hablar de una nueva constitución era poco menos que subversión. Hoy, ven que es necesario y urgente. La pregunta es ¿Qué entienden ellos por nueva constitución? ¿Qué cambie todo hacia un sistema verdaderamente más democrático o “que cambie algo para que, en definitiva, no cambie nada”?


En la página 11 de la edición de hoy 02 de noviembre puede leer el  “Editorial” cuestionado: http://diario21.cl/ediciones2012/pdf21noviembre2.pdf

 

La deserción de la masas (Según Diario 21)

La abultada cifra de abstenciones en la reciente elección municipal que supera las previsiones más pesimistas, no es un accidente ni un comportamiento caprichoso del electorado; se trata, qué duda cabe, de un inquietante síntoma político y social en el Chile actual. Es innegable que la cláusula del “voto voluntario” y la expansión del padrón electoral han contribuido a que se exprese con mayor fuerza un malestar difuso ante el presente estado de cosas en nuestro país.

No obstante, lo cierto es que antes de que se aprobara esta nueva modalidad había ya una masa muy significativa de no inscritos en los Registros Electorales, especialmente en los sectores juveniles. Más allá, entonces, de las explicaciones “técnicas” no se puede soslayar la cuestión de fondo: algo huele mal en nuestra “democracia” y desde hace mucho tiempo.

La idea ingenua de que el voto le ganaría a la calle ha sido desmentida por los hechos. La voz de la calle comienza a reflejarse en el rito eleccionario de una institucionalidad malsana, y lo hace, paradojalmente, como silencio, ausencia y deserción. Quienes se abstuvieron lo han hecho porque se sintieron obligados a escoger entre candidatos designados por mafias políticas: el acto mismo de votar se ensució y perdió toda dignidad democrática en el actual orden constitucional. La abstención amplia marca un punto de inflexión que debiera hacer meditar a la clase política, pues las actuales reglas del juego ya no satisfacen a una amplia mayoría.

El panorama que se abre ante las presidenciales del próximo año es más que inquietante e incierto. Si se quiere revestir de un mínimo de legitimidad las elecciones venideras es urgente introducir cambios importantes y radicales en nuestra institucionalidad. Hemos llegado a un punto de no retorno. Chile quiere otra democracia más participativa y justa. Insistir en mantener el actual orden constitucional sólo profundiza el divorcio entre la sociedad y una clase política que dice representarla.

La cifra de abstención es una suerte de sismógrafo que muestra el grado de desprestigio en que han caído los políticos y la política tal y como se practica en Chile hoy. Hemos asistido a un terremoto político que no puede dejarnos indiferentes, pues nos guste o no, el malestar ciudadano va a buscar cauces de expresión tarde o temprano. El veredicto de la ciudadanía es claro y rotundo: el diseño político inaugurado en los noventas y que se ha proyectado hasta la fecha ha dejado de funcionar y ya no convoca a las mayorías. Cuando una mayoría importante de ciudadanos le vuelve la espalda a la clase política que quiere representarla, como ha acontecido hoy, es hora de pensar en una nueva democracia con una nueva constitución.

 


La deserción de las masas (versión fiel al original recibido de Alvaro Cuadra)

por Álvaro Cuadra (Chile)
Lunes, 29 de Octubre de 2012

La abultada cifra de abstenciones en la reciente elección municipal que supera las previsiones más pesimistas, no es un accidente ni un comportamiento caprichoso del electorado; se trata, qué duda cabe, de un inquietante síntoma político y social en el Chile actual. Es innegable que la cláusula del “voto voluntario” y la expansión del padrón electoral han contribuido a que se exprese con mayor fuerza un malestar difuso ante el presente estado de cosas en nuestro país. No obstante, lo cierto es que antes de que se aprobara esta nueva modalidad había ya una masa muy significativa de no inscritos en los Registros Electorales, especialmente en los sectores juveniles. Más allá, entonces, de las explicaciones “técnicas” no se puede soslayar la cuestión de fondo: Algo huele mal en nuestra “democracia” y desde hace mucho tiempo.

La idea ingenua de que el voto le ganaría a la calle ha sido desmentida por los hechos. La voz de la calle comienza a reflejarse en el rito eleccionario de una institucionalidad malsana, y lo hace, paradojalmente, como silencio, ausencia y deserción. Quienes se abstuvieron lo han hecho porque se sintieron obligados a escoger entre candidatos designados por mafias políticas: El acto mismo de votar se ensució y perdió toda dignidad democrática en el actual orden constitucional. La abstención amplia marca un punto de inflexión que debiera hacer meditar a la clase política, pues, las actuales reglas del juego ya no satisfacen a una amplia mayoría.

El panorama que se abre ante las presidenciales del próximo año es más que inquietante e incierto. Si se quiere revestir de un mínimo de legitimidad las elecciones venideras es urgente introducir cambios importantes y radicales en nuestra institucionalidad. Hemos llegado a un punto de no retorno. Chile quiere otra democracia más participativa y justa que nos represente a todos y no este adefesio pinochetista que nos ha conducido  a la nefasta situación en que está sumida la política entre nosotros. Insistir en mantener el actual orden constitucional solo profundiza el divorcio entre la sociedad y una clase política que dice representarla.

La cifra de abstención es una suerte de sismógrafo que muestra el grado de desprestigio en que han caído los políticos y la política tal y como se practica en Chile hoy. Hemos asistido a un terremoto político que no puede dejarnos indiferentes, pues nos guste o no, el malestar ciudadano va a buscar cauces de expresión tarde o temprano. El veredicto de la ciudadanía es claro y rotundo: El diseño político inaugurado en los noventas y que se ha proyectado hasta la fecha ha dejado de funcionar y ya no convoca a las mayorías. Cuando una mayoría importante de ciudadanos le vuelve la espalda a la clase política que quiere representarla, como ha acontecido hoy, es hora de pensar en una nueva democracia con una nueva constitución.

– El autor es investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. Universidad ARCIS

Publicado en piensaChile el lunes 29 de octubre:  La deserción de las masas

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2 Comentarios

  1. EL OJO DE SAURON

    para el etico periodista que escribio esto. si vas a hacer un articulo con relacion a la falta de etica no lo puedes iniciar desprestigiando gratuitamente a la persona de la cual vas a escribir. se supone que los periodistas son imparciales o algo asi les dijeron que fuesen; pero en las lineas que escribiste se te noto lo rojo, asi como si aun vivieras en la epoca de la guerra fria ja!

  2. José García Peña

    EL OJO DE SAURON no es un nombre humano,por lo que puedo suponer que tu sangre no es roja.Estoy de acuerdo en eso,de que para empezar a escribir un artículo no se debe desprestigiar a otros periodistas,pero ¿por qué no dices lo mismo a los periodistas fascistas que son mayoría absoluta dirigidos por la CIA? ¿De qué color es tu sangre?.

    Si le criticaste sólamente refiriéndote al factor moral,estoy de acuerdo,pero al añadir eso de SE TE NOTÓ LO ROJO, has quedado al descubierto.

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