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La estrategia de Obama para Chile y América Latina

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"Y no bien amanecía
partió en una nube fría
con su zepelín plateado"
Chico Buarque

 1.

En entrevista exclusiva para El Mercurio del 20 de marzo, el
presidente transitorio del Imperio corporativo de EEUU, Barack Obama, en el
marco de su visita a Chile, elogió teatralmente el devenir político, económico
y energético del paisito. En el paroxismo de sus febriles declaraciones
resaltó  los "logros" del territorio más
austral del planeta que "Entre esos éxitos también está el hecho de que tenga
una democracia vibrante, una economía abierta y una sociedad civil activa".
¿Una democracia vibrante y una sociedad civil activa? Lo del aperturismo
económico es imposición del propio imperialismo para privatizar los antiguos
derechos y servicios sociales y apropiarse sin trabas de las riquezas naturales
y materias primas de Chile, como ha ocurrido históricamente antes de 1970 y
después del golpe de Estado de 1973, y aprovechar las temporales relaciones de
fuerza favorables al capital sobre el trabajo, en medio de coberturas legales
asociadas a los Tratados de Libre Comercio y a un Código Laboral prácticamente
intacto e instaurado a sangre y fuego por la dictadura militar. ¿Pero qué tiene
de vibrante una democracia puramente formal, representativa, no participativa y
formulada por arriba donde cada tantos años cada vez menos chilenos realizan el
trámite de votar por la derecha o la Concertación? En la última elección presidencial,
un 40% de la población habilitada para sufragar simplemente no lo hizo. ¿Una
sociedad civil activa? ¿Qué significa eso hoy en Chile, además de las
resistencias epopéyicas de parte del pueblo nación mapuche, el ambientalismo
anticapitalista, un movimiento sindical desarmado y un conjunto de agrupaciones
que pugnan por terciar como alternativa política de los intereses de las
grandes mayorías? Naturalmente, Obama no se refería a esa sociedad civil ni a
esa democracia "vibrante". Se refería a la gobernabilidad y obsecuencia que los
gobiernos civiles de los últimos 20 años han ofrecido al capital, a sus maneras
más vanguardistas, financiarizadas, primario exportadoras, sobreexplotadoras de
una fuerza de trabajo cada día más precarizada, y a la maximización de
beneficios -que también colabora con el dique que contiene la tendencia a la
baja de la tasa de ganancia general del capital- mediante la apropiación
privada y el saqueo a mansalva de los recursos naturales elementales, como el
agua, el mar, la tierra, el aire.

2.

Pero lo anterior sólo corresponde a una fracción de los
objetivos que tiene el viaje de Obama a Chile. Pese a que Piñera y su esposa
tuvieron que cancelar el desayuno que deseaban compartir familiarmente con
Barack y Michelle debido a la agenda muy apretada del emperador de turno (el
capataz propone, pero el patrón dispone); y la Concertación logró
obtener un momento en el programa oficial de la visita por los inmejorables
servicios prestados a los intereses del gobierno norteamericano y al tipo de
transición sin pueblo y paradigmática desde la dictadura del capital puesta en
riesgo por el propio Pinochet, hasta una dictadura del capital con formato
electoral tutelado, restringido y excluyente por principio; Obama hizo anuncios
relevantes.

Lo inmediato es el impopular y peligrosísimo acuerdo firmado
el viernes 18 de marzo entre el ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo
Moreno, y el embajador estadounidense, Alejandro Wolf, en materia de
"cooperación" nuclear. Más allá de la promesa inútil de Piñera de efectuar un
seminario en Santiago para "evaluar las conclusiones del convenio" en mayo,
donde participará el flamante director de la Comisión Chilena
de Energía Nuclear, Jaime Salas, lo cierto es que la catástrofe nipona en curso
revela las consecuencias catastróficas que puede tener el empleo de la energía
atómica para la humanidad toda. Es decir, no sólo es el peor acuerdo posible,
sino que además, se firma en la peor coyuntura posible. Basta enterarse no
únicamente de lo que acontece en Japón hoy; también hay que escuchar los
planteamientos de la máxima mandataria alemana al respecto. Pero, claro, el
desarrollo geométrico de las fuerzas productivas del capitalismo, su voracidad
y movimiento ilimitado, ya acabó con el carbón como energía dominante, el
petróleo está en vías de extinción, y es la hora de sembrar como hongos
apocalípticos centrales nucleares en todo el planeta. La tecnología destacada
para América Latina es propiedad de corporaciones norteamericanas; por tanto
hay que ingresarla por consenso o fuerza, o de ambas maneras, a los países
subdesarrollados del subcontinente, y a espaldas de los intereses y
sobrevivencia de los pueblos. Si Japón es una de las cinco economías más
desarrolladas del mundo y su población está sufriendo el impacto letal e
impredecible de la liberación radioactiva luego del tsunami del 11 de marzo
pasado, ¿qué le puede esperar a Chile, territorio de terremotos, maremotos y
temblores permanentes, con altísimos niveles de accidentabilidad laboral,
improvisación, desregulación en todas las dimensiones industriales, y
tercermundista desde que se inventó el término?

 

3.

Por otra parte, Barack Obama -emulando bajo un contexto
totalmente otro al asesinado presidente John Kennedy- desea establecer una
‘actualizada’ Alianza Para el Progreso para toda la Región. La original se
declaró en marzo de 1961 y duró 10 años. El objetivo esencial en esa época, era
contener el ejemplo emancipador de la Revolución Cubana,
a través de medidas que buscaban implementar la reforma agraria
(proletarización del campesinado y aceleración de la producción agrícola para
responder a las demandas de esa fase del capital), libre comercio entre los
países latinoamericanos, modernización de la infraestructura de comunicaciones,
reforma de los sistemas de impuestos, acceso a la vivienda, mejorar las
condiciones sanitarias para elevar la expectativa de vida, mejora en el acceso
a la educación y erradicación del analfabetismo, precios estables y control de
la inflación y cooperación monetaria. En la realidad, la Alianza Para el
Progreso significó profundizar el patrón mono exportador de América Latina,
multiplicar la fuerza de trabajo barata, y que el ‘patio trasero’ de Estados Unidos
vendiera sus recursos y trabajo a precio módico para comprar al imperialismo
mercancías terminadas y caras.

¿Y ahora por qué actualizar esa política? ¿Por los peligros
que comportan los gobiernos pro populares y de inspiración antiimperialista de
Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua? ¿Para deshacerse de su sobreproducción
y sobrecapacidad productiva en ámbitos energético-nucleares, armamentistas y
tecnológicos? ¿Para resolver la crisis deficitaria, pública y privada de
Estados Unidos, y quemar dólares e instrumentos financieros sin valor en estas
tierras, socializando de modo ampliado sus gravísimos aprietos? ¿Para evitar
que China y la Unión
Europea tomen ventaja sobre las economías latinoamericanas,
relativizando aún más su hegemonía mundial? ¿Todas las anteriores?

 

4.
Pasadas las 16:00 hrs., con  tres ex
presidentes de la
Concertación en primera fila (Aylwin, Frei Ruiz-Tagle y Lagos
Escobar) y la ausencia de "la preferida", Michelle Bachelet, quien obtuvo como
premio por su administración pro-norteamericana el cargo en la ONU de encargada de ONU
Mujeres -mientras espera el momento mejor para lanzar su futura candidatura a
la presidencia del 2013-, Barack Obama 
hizo su alocución llamada "Alianza igualitaria con Latinoamérica". Antes
de ello, en conferencia de prensa con Sebastián Piñera, manifestó que "hay que
mirar el futuro", sorteando con una sola frase la ingerencia política y
material probada de los gobiernos pentagonistas en los golpes de Estado,
dictaduras, desapariciones, torturas, exilio, asesinatos, preparación de
operaciones macabras; desestabilizaciones, crímenes y sabotajes contra
gobiernos que incurrieron en el pecado de procurar la autodeterminación e
independencia para sus países; y todas las violaciones a los Derechos Humanos
imaginables y más, contra los pueblos de América Latina.

Obama destacó el cónclave orquestado entre México, Colombia
y Chile en el ámbito de "la seguridad", entendida como permiso incondicional a
la intromisión política y militar del poder estadounidense  en sus fronteras, bajo el argumento de la
lucha "contra el narcotráfico y el terrorismo".

"Yo creo que Latinoamérica es más importante para la
prosperidad y seguridad de los Estados Unidos que nunca jamás", dijo Obama,
acaso recordando las bases militares bajo su control apostadas en muchos
lugares de la Patria
Grande, y añadió que "creo que América Latina se va a volver
algo más importante para Estados Unidos, especialmente en nuestra economía (…)
invertimos más en esta Región que en ningún otro país. Tres veces más a
Latinoamérica que a la China."

Inmediatamente se entregó a una serie de expresiones  respecto de una supuesta unidad valórica
entre su Estado y Suramérica y el Caribe, por orígenes antiimperialistas y
religiosos conectados. Se olvidó Barack Obama de mencionar que ahora él es el
representante del imperialismo contemporáneo. "Este es nuestro patrimonio
común: somos todos americanos." Aquí también evitó decir que algunos son más
americanos que otros, saltándose las relaciones de dependencia y opresión de
larga data del gobierno norteamericano sobre los países del sur del Continente.

Después, el mandamás formal o responsable de relaciones
públicas del imperio, se volvió algo emotivo al denotar las desigualdades
sociales, la concentración económica y el empobrecimiento que existe en los
países al sur de Río Bravo; y referirse al fenómeno -sin explicar de dónde
proviene la principal demanda- del narcotráfico y su industria asociada.

Entonces Obama se dedicó a comparar la Alianza Para el
Progreso de Kennedy con su actual estrategia, según él, ahora basada en la
concepción de "de socios iguales". El primer pilar de su política sería el
combate contra la delincuencia organizada y su peligro para la ‘democracia’.
Aquí se extendió sobre Colombia, México y los programas sociales focalizados y
asistencialistas. El segundo punto correspondió a la liberación comercial y el
aperturismo económico hace rato regente 
por medio de la multiplicación de TLC’s. Aprovechando la presencia del
presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, Obama
habló de ofrecer más créditos para subcontinente. Es decir, ampliar la deuda
externa, privada y pública, de América Latina con el BID de capitales
estadounidenses. Como era de esperar, abusando de una fraseología respecto de
la democracia representativa, disparó contra la isla de Cuba y alabó a las
llamadas, ‘damas de blanco’, sin mencionar, por supuesto, el bloqueo económico
más cruel y extenso de la historia moderna impuesto sobre un pueblo autónomo, y
las innumerables acciones y cifras millonarias para intentar derrocar al gobierno
de la Mayor de
Las Antillas.

Continuando con un relato extremadamente básico, mediático,
publicitario, Obama hizo hincapié aduladoramente en el rescate de los 33
mineros chilenos de una mina en Copiapó, otra vez desmemoriándose de los más de
15 mineros muertos en otros yacimientos y faenas que han ocurrido desde
entonces,  mientras los medios de
comunicación sólo se concentraban en la propaganda gubernamental del salvataje
-feliz, pero espectacularizado hasta el hartazgo para su capitalización electoral
y las encuestas-.

¿Qué se saca en
limpio del discurso del presidente del imperio más poderoso conocido en la
historia de la humanidad, el mismo que en tanto intentaba construir una
historia editada a conveniencia, mantiene al Oriente Medio subyugado política,
militar y económicamente con el fin de hacerse de las reservas petroleras de
esa zona; el mismo que apoya con desparpajo y sin vergüenza al gobierno de
Israel y sus crímenes en Palestina; el mismo que voltea gobiernos a su antojo,
como el hondureño, cuando no le resultan de su gusto e interés?

El mensaje de Obama es claro. La crisis estadounidense debe
ser ‘democratizada’ en sus costos por los pueblos de América Latina, y sus
ganancias tienen que salvar el pellejo de la ganancia para el Estado
corporativo de Norteamérica.

Todas las propuestas ya están concurriendo, pero los
intereses urgentes del imperio demandan su mayor profundización por la vía
diplomática, legal, política y militar. El imperio requiere superior
gobernabilidad para sus inversiones y producción de deuda; mayor control social
para el disciplinamiento y súper explotación del trabajo latinoamericano; y un
marco jurídico todavía más aperturista para terminar de saquear los recursos
naturales de los pueblos indoamericanos y consolidar el momento financiero del capital
como dirección superestructural del complejo capitalista general.

Este artículo fue terminado a la 00:01 hrs. del 22 de marzo.
En pocas horas, el inquilino de la Casa Blanca emprenderá vuelo de Chile. Queda una
estela de demagogia honda y bien estudiada tras su visita. Eso sí, el presente
texto habría sido finalizado varias horas antes si quien lo suscribe no hubiera
sido detenido junto a nueve personas más en una comisaría de Santiago de Chile,
en medio de una marcha pacífica en el centro de la capital del paisito contra
la presencia del representante del poder resumido del capitalismo salvaje, a
pocas calles donde 500 de los que mandan estaban cenando y celebrando el
mensaje  aquí comentado.
22 de marzo de 2011

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