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Balance político del año en el país de los faraones

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Pese a la política espectáculo y al manejo con ribetes de despliegue propagandístico del Gobierno de Sebastián Piñera durante el rescate de los 33 mineros, este año fue el de la victoria de la huelga de hambre de los presos políticos mapuche y de un aumento tanto de la combatividad de las movilizaciones sindicales como del número de huelgas (1). El otro aspecto, que pese a la superficialidad del tratamiento de la prensa dominante y oficialista reviste caracteres políticos importantes, ya que significa un golpe a la imagen del piñerismo y una revelación acerca de su naturaleza intrínseca, son las informaciones redactadas por los funcionarios de la Embajada de EE.UU. y publicadas por el equipo de Julian Assange en WikiLeaks.

No olvidemos que una de las funciones del dispositivo mediático dominante es utilizar el flujo de información disponible para jerarquizarla según su interés con el objetivo consciente de producir olvido o amnesia colectiva. En otras palabras, la gran prensa y los medios audiovisuales buscan, para obtener consenso e imponer la ideología o el punto de vista de los poderosos, diluir lo esencial y socialmente significativo.

Cabe recordar entonces que los militantes mapuche lograron, gracias al caudal de simpatía nacional e internacional hacia su causa, movilizar a su pueblo y las solidaridades para infligirle una serio revés político infligido al gobierno, ahí donde es muy fuerte: en su manejo y estrategia mediática. Por lo tanto, fue una derrota rotunda para el equipo comunicacional piñerista. También lo fue -aunque nunca acusen los golpes a su credibilidad- para el dispositivo de medios dominante (Copesa y el Grupo El Mercurio), catalogado no sólo de «conservador y alarmista» por los propios funcionarios de la Embajada de su aliado estrategico, EE.UU. sino que además, sus impresos fueron fuerzas políticas y actores centrales en el triunfo del candidato Piñera.

En lo que respecta al ascenso de las luchas sindicales, que trae consigo la expresión cada vez más articulada de una crítica a la burocracia sindical, la última y masiva movilización de tipo reivindicativa, la de los trabajadores estatales reagrupados en la ANEF, también tiene una relevancia particular.

El movimiento huelguístico y reivindicativo de los funcionarios fiscales hubiera logrado una victoria salarial significativa para ellos y para el resto de los asalariados hubiera podido transformarse en una referencia importante, si no hubiera sido por lo que fue una «traición anunciada». Esta acción conspirativa con personeros del régimen provino de sectores del partido socialista (su presidente Oscar Andrade, ex ministro del Trabajo de Bachelet) y de la cúpula de la CUT (Arturo Martínez, otro socialista más) infligiéndole un golpe pasajero, pero decisivo en el actual conflicto a la dirección genuina de los trabajadores y a las resoluciones de sus asambleas (2).

En el plano de las políticas económicas. Era sólo cuestión de tiempo. Para que nadie se llame a engaño, la ofensiva de privatizaciones de las cuatro sanitarias anunciadas hace algunas semanas que pasarán totalmente a manos de multinacionales extranjeras del agua, mostró el profundo sello empresarial del Gobierno. Pese a las fintas de los primeros meses para confundir a la ciudadanía, Piñera es un seguidor incondicional de los «papers» y consejos del Instituto Libertad y Desarrollo, el Think Tank neoliberal de los escribas de las derechas. Su hermano mayor, José, cerebro, del ultraliberal CATO Institute y pinochetista nostálgico, por fin estará orgulloso de la sagacidad de Sebastián al utilizar el Estado para servir la causa y sobretodo los beneficios de la «libre empresa».

Por último, un análisis somero de las llamadas «filtraciones» de WikiLeaks que se refieren a opiniones de S. Piñera y a las reacciones a los informes por parte de la vocera Ena von Baer, han permitido al lector prolijo, ver con claridad o confirmar algunos antecedentes preocupantes para la salud de la democracia.

En las actuales declaraciones de la Diplomacia de la Casa Blanca, podemos entrever las puntadas que tejen una Santa Alianza entre aquella y los Estados. El objetivo es protegerse, no de «terroristas», sino de sus propios ciudadanos. Como bien lo decía, Javier Moreno, el director de El País de España: «El interés por los papeles de WikiLeaks se explica porque revelan como nunca antes hasta qué grado los políticos de Occidente han estado engañando a sus ciudadanos».

Es un dato político importante. Las informaciones de la Embajada que muestran a Piñera como un especulador financiero no fueron acusaciones sino hechos relevantes que merecieron un cable de la diplomacia yankee. Ahora bien, el Departamento de Estado, consecuente con su línea fijada, no desmiente a WikiLeaks y, como es la norma en diplomacia, desde Maquiavelo, prodiga ahora encomios y halagos a Piñera, uno de sus aliados hemisféricos.

Cabe decir que en una hazaña semántica (interpretativa), El Mercurio y La Tercera, la prensa conservadora de Chile, logró revertir el sentido de lo expresado en los cables. Mientras que la pregunta que se desprende después de leer los cables es  saber si Piñera posee las condiciones éticas necesarias que requiere un estadista para ejercer el poder en democracia, la prensa duopólica habla de «infidencias» y «trascendidos», insiste en las disculpas de Arturo Valenzuela y plantea sin vergüenza que si los estadounidenses eran críticos a la candidatura de Piñera durante la campaña, después cambiaron de idea.

Obvio. La prensa duopólica, posee el arte de reproducir informaciones que la incriminan e inculpan de no practicar lo que dice, sin nunca cuestionar sus prácticas. De sacrificar la libertad de expresión y la objetividad periodística en aras de «contar una buena historia», sin importar la veracidad de los hechos y sus implicancias para la vida política.

El segundo cable de la Embajada de EE.UU. que data del 10 de octubre de 2009, en plena campaña presidencial, fue redactado por Carol Urban. La jefa adjunta de la misión estadounidense en Santiago, detalla y expone de manera simple los manejos especulativos del Sr. Presidente.

Conviene ir más allá de la cita que afirma que «Piñera maneja la política y sus negocios al límite de la ética y la ley» y de la otra que afirma que «participa en escándalos» (financieros). Vale la pena citar la minuta donde hay una comparación con la crisis financiera de Wall Street del 2008. Allí puede leerse:  «Como otros muchos bancos de la época -y no muy diferente de la reciente crisis financiera de EE.UU.-, el Banco de Talca concedió (1979-1980) muchos créditos arriesgados, que inicialmente generaban apreciables beneficios, pero finalmente llevaron a la bancarrota. Sin embargo, (continúa el cable) Piñera y otros directivos del banco fueron más allá de las típicas actuaciones inapropiadas de la época. Además de los créditos duros que aprobaron, también crearon docenas de falsas compañías, les concedieron créditos del banco y usaron esos fondos para comprar más acciones del banco».

En otras palabras, el presidente de Chile tiene la mentalidad de un especulador financiero y, la ética … aquí no corre. Como bien se sabe, alguien con tal prontuario no es una amenaza para los EE.UU. Todo lo contrario, puede ser un buen aliado. Como lo son Berlusconi y Sarkozy. Cabe preguntarse entonces si los chilenos eligieron bien (3). Las últimas encuestas muestran que sólo el 44% responde afirmativamente a la pregunta.

Pero la otra frase con alcance atribuida textualmente a Piñera es aquella donde reconoce que la Concertación es tan  neoliberal como  las derechas aliancistas. Para valorar la adhesión de los tecnócratas PS-PPD-DC-PRSD (no olvidemos que MEO también se declaró un defensor de la economía de mercado capitalista y para demostrarlo proponía privatizar el 5% de Codelco) lo hace en términos y con una analogía anacrónica (la de las pirámides de Egipto A. de C.), que delatan un pensamiento oculto que justifica de manera brutal y salvaje la capitalización (la acumulación de capital o el enriquecimiento privado empresarial, que es lo mismo).

«Uno no destruye las pirámides porque se hubieran perdido vidas por construirlas», es la cita que la funcionaria de la Embajada le atribuye a Piñera y que no ha sido desmentida ni por Ena von Baer ni por Arturo Valenzuela.

La simbología no puede ser más clara. Por supuesto, aquí se está justificando la pérdida de vidas humanas de compatriotas, consecuencia de las violaciones de los DD.HH. durante el Golpe militar. Las muertes y las condiciones de miseria se justifican en aras de la construcción del modelo económico piramidal. Es lo que les está diciendo Piñera sin ambages ni retención moral a los funcionarios que toman notas aplicadamente. No cualquiera se va así de lengua. Puesto que en el pináculo de la pirámide se encuentran los privilegiados de la casta faraónica, la de los escribas y la sacerdotal. Estos, los privilegiados de la cima, obligan mediante la fuerza bruta a un pueblo de esclavos a producir la riqueza, con su trabajo, para cimentar en manos de unos pocos sus signos ostentosos de gloria y poder. Y bien sabemos desde Marx, que el capital no es otra cosa que trabajo acumulado obtenido por el mecanismo de la explotación, es lo que las pirámides son. Puro trabajo esclavo amontonado.

Esa fue la obra de la dictadura militar de la cual se benefició Piñera y su casta. A la cual representa. Es sabido que los hombres «libres» necesitaban esclavos, pero en Grecia Antigua. La situación se reprodujo en el Chile del siglo XX y todo indica que la pirámide está incólume.

Las vidas sesgadas por la dictadura para construir el modelo piramidal que concentra la riqueza en la cima, apoyándose en el mecanismo de explotación capitalista del trabajo humano, es el paradigma inconfesable que Piñera les verbalizó, para que quedara bien claro cual es la esencia del modelo de Chicago aplicado en Chile.  Y si esta frase quedó escrita puede que haya sido porque es esclarecedora de la mentalidad de la clase dominante chilena. Los dichos deben haber desconcertado a algunos funcionarios norteamericanos que no egresaron de las universidades de elite, ni son miembros del partido Republicano.

Concluyendo, no se trata de esperar un profeta y de preparar el Exodo de un Chile-Egipto faraónico sino de deconstruir el modelo piramidal de explotación para que se instale la igualdad. El 2011 será una oportunidad más para que los hombres y mujeres libres se enfrenten organizados contra las formas modernas de la esclavitud asalariada y las otras formas de opresión, como la lucha por el derecho al aborto libre y gratuito al cual se opone la casta sacerdotal chilena.

– El autor; Leopoldo Lavín Mujica, es B.A. en Journalisme et philosophie, y M.A. en Communication publique de l’Université Laval, Québec, Canadá

Notas:

(1) Leer, por Paul Walder: http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=23275&Itemid=8210

(2) Leer, por Manuel Cabieses: http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=23347&Itemid=8243

(3). Para Piñera el problema de la educación en Chile residía en parte en el hecho de que los siete altos puestos del ministerio de Educación estaban ocupados  por gente que no tenía buena formación y que además, ninguno de ellos hablaba inglés.  Comentario de la Embajada: «El estudiante de Harvard hace ostentación de su lado elitista, acotando que los funcionarios concertacionistas salieron de colegios mediocres». Sin embargo, en otro cable se aclara que Piñera no es bilingüe (no tiene un dominio  del castellano y del inglés por igual). El cable señala: Piñera, habla pasablemente bien inglés, aunque no de manera fluida. (» Pinera speaks English reasonably well, though it is a bit rusty «). Las declaraciones de Piñera van en el sentido de la reforma de Lavín; reforzar un sistema elitista de educación sin preocuparse de las consecuencias en el plano de las desigualdades socio-económicas.

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