Curándonos de la resaca entre Parsifal y la Mina San José
por Olga Larrazabal S. (Chile)
15 años atrás 5 min lectura
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre al portal
la zorra rica al rosal
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
que el sol nos dice que llegó el final.
Por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.
Serrat: La Fiesta (de San Juan)
Algunos de los eventos más
dramáticos de Chile han tenido lugar en espacios con nombres de
santo. Santa María de Iquique y ahora la Mina San José. ¿Será por
el profundo fervor cristiano que nos inunda? ¿O quizás por la costumbre
inveterada de santificar lo insantificable?
En este caso, la tragedia puntual de la Mina San José se
convirtió en Ópera Wagneriana, con héroes arquetípicos, villanos que fungen
como héroes, villanos que se comportan como tales, gente humilde y de gran
entereza que soporta una experiencia que los lleva casi al misticismo, casi con
un Santo Grial en forma de cápsula y casi con un Parsifal en vivo y en
directo. (1)
¿No decía la leyenda que Parsifal, caballero de la Mesa Redonda fue en
busca de la copa que usó Jesús en la Ultima Cena, llamada Santo Grial, que fue ocultada y preservada por José de
Arimatea quién amortajó a Jesús? Los
Caballeros de la Mesa
Redonda querían tener esa copa para venerarla y para que diera fuerza a los
héroes que defendían a los pobres y a
las doncellas en desgracia.
Cualquier similitud
entre copa y cápsula y el nombre del santo patrono de la mina y el de
José de Arimatea, es pura casualidad. Pero el ansia de heroísmo y de mitos nos
inunda igual que a los personajes de la Edad Media haciéndonos perder de vista la
realidad, dejándonos embobados y con la boca abierta.
La gran diferencia es que el caballero Parsifal de la Mesa Redonda le es
dado lograr lo que busca, el Santo Grial, gracias a la renuncia a sus
instintos, gracias a su ascetismo. En
otras palabras porque no se emborrachó con la hazaña y mantuvo la vista clara,
ni se quedó con la doncella, ni se robó el micrófono.
Después de habernos elevado al parnaso wagneriano lleno de
héroes y epopeyas, donde la adrenalina nos dejó el corazón a 180 por hora, no
nos queda más remedio que volver al día a día, donde las maldades andan
camufladas y nadie les da mucho boleto
ni se entera, porque los participantes ya colmaron su cuota de exposición y el público su capacidad
de emocionarse. Y así como el poema de Serrat, "vamos bajando la cuesta, que
arriba en mi calle, se acabó la fiesta."
Los mineros están a salvo y es parte de su vida privada lo
que hagan con su experiencia. Tanto la
de sentirse enterrados vivos como la de ser rescatados con gigantesco esfuerzo.
Y es parte de la experiencia nuestra aprender a contemplar las experiencias
ajenas con pié firme en tierra, la mente
clara y la memoria intacta, para poder colocar esta experiencia en la dimensión
que corresponde y no empezar a deducir de ella consecuencias que no
corresponden. Es decir tenemos que
curarnos de la resaca.
Espero que la cápsula de la Mina San José, nuestro
Santo Grial, nos dará fuerzas para zafarnos del mito y no quedaremos pegados. ¿Ven?
Eso es fetichismo.
La experiencia de la Mina San José se chupó todos los otros
problemas contingentes: la causa mapuche, el royalty minero, la ley
anti terrorista, la Mina Los
Pelambres y sus huelguistas, el bajo precio del dólar, los sub contratos en la minería, la
reconstrucción y todas las luchas que hay que dar para llegar a ser una
democracia que esté al servicio del pueblo chileno.
Con lo bien que lo estábamos pasando sintiendo que el resto
del mundo nos miraba y tener que volver a los problemas del día a día, los que
nos dan una visión real del país. Ay
Vanidad de Vanidades…como nos alimentas el ego.
Yo personalmente creo que mucho de ese resto del mundo,
sobre todo los gobernantes, le darían un coscacho a Piñera por haber alentado
al populacho del tercer mundo a creer que era parte de la obligación del Estado
en estos tiempos, el hacerse cargo de sus contingencias. Detrás de todos esos abracitos y sonrisitas,
me parece leer un pensamiento que dice:
No,Nein, Mais non, Nje, Nem… hay que imitar este numerito.
Además Piñera y su equipo, "casi" de Parsifal, tergiversaron
al héroe dándole de comer a los medios
de comunicación, que no tienen tasa ni medida. No sé qué castigo tienen
reservados los dioses para los héroes que se atreven a hacer ciertas cosas que
no son parte del juego, y siendo apuestas heroicas, no cumplen en la forma con
las condiciones requeridas de ascetismo y pureza. Probablemente Wagner tenga
una ópera con el tema, si no habrá que inventarla.
Pero lo importante no es lo que piensa el resto del mundo,
lo importante es cuánto compromiso real permanente existe de parte del gobierno
con el pueblo de Chile. Y eso se ve en
el día a día, en las leyes que el Ejecutivo manda al Congreso y que revelan la
voluntad de este gobierno y cuyo seguimiento
espero que interese tanto al público como el show de la Minera San José.
Octubre 2010
(1)Digo "casi" porque en Chile casi todo es "casi", siempre
le falta un metro, un litro, un Kg. o un no-sé-que.
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