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«Un día cualquiera»

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Un día cualquiera de un tiempo pasado, soñé con un mundo sin pobreza, en  donde negros y blancos trabajaban codo a codo con amarillos y altos, construyendo casas para los  indios y  los indígenas, los que, con los suecos y los jamaicanos, estudiaban en Princeton, Lumunba, San Marcos y Hardvard, para desterrar el hambre de Ruanda, Argentina y 360° a la redonda.

Era el tiempo de las ideologías.

Y para cumplir mi sueño, quise abrazar una.

Como vivía en la parte baja del  mundo, hacia la izquierda, opté por la lucha proletaria e hice mía la consigna de  “proletarios del mundo, uníos”, y grité muchas veces por las calles de mis pueblos aquello de que “el pueblo unido, jamás será vencido”.

Y luché y discutí  y peleé y a veces perdí y muchas más gané, y aprendí el rigor y la constancia, como la lealtad y la desconfianza. Supe lo que significaba la palabra “compañero” y “compañera”; también supe de algunas traiciones, que más que olvidarlas, quiero no recordarlas.

Al fin y en fin, perdí  los sueños y gané una historia. Perdí un futuro y gané una historia. Perdí parte de una vida y gané una historia.

Pero, al cabo, ¿qué  digo?

No soy sólo historia, pues historia es el pasado y el pasado es lo que hice, y hecho está. Y aunque se dice  que el futuro es consecuencia del presente y éste, es el reflejo del pasado, significa entonces que lo que vivo es producto de la historia que realicé y lo que viviré será consecuencia de lo que estoy viviendo. ¿O sea que no tengo salida?

Y el tema no es exclamar ¡Estoy cagada! ¡No tengo futuro!

(ENTONCES PENSE EN RENOVARME)

Sin embargo, es cierto que si estoy cagada es por algo del pasado, pero no puedo achacar la responsabilidad a las ideologías.

También es cierto que la ideología que abracé, … perdió. Ganó la otra, la que estaba al lado de arriba del mundo … y es ella la que hoy se ha extendido por todo el orbe. Y ¡quién lo creyera!, los argentinos como los suecos, los ruandeses como los altos y los amarillo; para qué hablar de los blancos y los negros, …, todos, toditos, todititos, somos hoy “globalizados” (o sea, CONSUMISTAS, LIBREMERCADISTAS)

La consigna de “proletarios del mundo uníos”, no estaba equivocada. Sólo estaba errado el segmento social: no correspondía a los “proletarios” la unión mundial. Era para los otros, los dueños del capital; aquellos contra los cuales luchábamos y que tratábamos de burgueses.

Bueno, también aprendí, aunque no me gusta la idea, que la vida tiene vueltas, y vueltas tiene la vida (como dice EL FILOSOFO POPULAR “Pepe Navaja”).

Hoy no soy ni burguesa, porque no tengo capital, ni proletaria, porque, aunque tengo trabajo asalariado, quedé sin ideología de sustento. O sea, ¿qué soy?

Creo que por eso estoy cagada, porque no sé lo que soy.

¡¡¡AH!!! Y más aún, hoy formalmente se habla del postmodernismo, como la nueva tendencia mundial, filosófica, económica, ideológica, que es una reacción al modernismo científico de inicios del siglo XVIII. Este postmodernismo es nuevito, recién de este siglo, “… de paquete … “ (como dice un gordo tío mío que me entretiene cada año vendiéndome solidaridad, con un poquito de lástima y algunos gramos de conciencia social, una mezcla perfecta para hacerme sentir útil socialmente hablando …, y, además, partícipe … ), y plantea que en el mundo lo único vital y permanente es el cambio (me parece que ya lo había dicho Einstein), pero resulta que el cambio permanente rompe con todas las estructuras fijas, y por tanto, el orden estructural y sistemático  (COMO SISTEMICO) deja de ser lo permanente y ahora, sobreviene el caos … ¿cómo la viste … ? hay que aprender a vivir en el caos … y esa es la palabra clave: a p r e n d e r    a aprender, … siempre estar aprendiendo, de todo y de todos, de lo simple y de lo complejo, de los buenos y de los malos, de lo moral y de lo inmoral …, (¿¿¿???) de lo conveniente y de lo inconveniente …, por supuesto, de todo, porque en el caos, no hay blanco y negro (UN SILENCIO POR EL REY DEL POP , que supo antes de esto), porque eso corresponde a una clasificación de orden …

si estamos hablando de C A O S, desorden, anarquía, …

¿Importa saber quién soy, si tengo o tuve ideología, si mi historia me marcó, si quise renovarme, … importa …?

De una cosa creo estar clarita: así no pueden haber ideologías.

¿Me adecuaré al caos … ? ¿A la caórdica o a la visión oscilodójica del futuro mediato …? (qué mediato, si cada cuatro meses ya seré ignorante de nuevo, este próximo año …).

No alcanzaré a adecuarme. La historia me cagó.

… Pero hay una salida: “ cagados del mundo, uníos”. En una de esas, el caos nos favorece

Nota de la autora: no soy experta ni gran conocedora ni de política ni de filosofía; sólo traté de ironizar conversaciones oídas en mi círculo cercano.
Y pido disculpas por la palabra poco formal, pero aceptada por la RAE, que es un buen chilenismo para expresar “¿sin esperanzas …?”
Son sólo pensamientos rápidos, pero con algo más de arreglo, puede llegar a ser una filosofía: la del que está “cagado”

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