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Los vientres del nuevo cordobazo

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Córdoba forma parte de la historia universal.
Su cabildo del año 1588 es patrimonio de la humanidad; la reforma universitaria de 1918 es una postal de la dignidad de los estudiantes que plantearon una casa de altos estudios democrática y abierta a las hijas e hijos del pueblo; aquel cimbronazo de mayo de 1969, una de las convulsiones sociales y políticas que ya forman parte de la lucha de la clase trabajadora y su música, el cuarteto, un documento de identidad que recorre desde abajo las alegrías del continente mestizo.

Pero aquella memoria viva todavía no puede arrasar con el saqueo impuesto en los años noventa del siglo veinte.

Porque aquella ciudad obrera, ferroviaria y con un estudiantado que planeaba tomar el cielo por asalto, quedó prisionera de una geografía hecha a imagen y semejanza de los intereses financieros, la corrupción política y la democratización del narcotráfico.

De allí que aparezcan noticias que conmuevan por el tamaño de la soledad a la que son condenadas las mujeres de las mayorías y, en forma paralela, la heroica resistencia de la dignidad aún a pesar de todos los pesares impuestos.

“Alquilo mi vientre. Por necesidad". Así dice el cartel que está pegado en las paredes que rodean la monumental Terminal de ómnibus construida por el grupo Benito Roggio.

Ella tiene treinta y dos años y un nene de cuatro. No tiene trabajo y sobrevive en una pensión en la ex ciudad obrera.

Cambia su vientre por una casa. No quiere prostituirse, dice y repite que “la miseria y la necesidad” la llevaron a tomar esta decisión.

-La gente me discrimina. No me dejan alquilar porque tengo un hijo. Prefiero hacer esto antes que prostituirme – sostuvo la joven mamá. La joven desesperada mamá.

"No quiero prostituirme. Prefiero ser una mamá canguro. Mi hijo necesita un hogar y yo hoy no se lo puedo dar. Por esa necesidad decidí pegar estos cartelitos…En las pensiones de Córdoba no quieren darme alojamiento con mi nene. Me aceptan a mí, pero no a mi hijo. Si sos mamá ¿qué hacés con tu hijo, lo matás, le pegás un tiro y te pegás un tiro vos?. Ni loca lo abandono por una casa, por eso busqué esta salida… ya recibí llamados preguntándome cómo era la oferta", añadió en tono de denuncia cargada de urgencia, angustia y alegato contra todos aquellos que pueden y deben hacer algo y, sin embargo, miran para otro lado.

-Si no se da lo del alquiler del vientre, voy a usurpar una casa, ya la tengo vista. Y antes que no la ocupe nadie y se venga abajo, la ocupo yo, la arreglo y la cuido – apuntó sabiendo que su advertencia tiene poco vuelo.

Repite su oferta: el vientre a cambio de “una casita, no demasiado grande, para vivir. No tengo precio…”. Es una especie de extraña oferta inmobiliaria surcada por necesidades impuestas por esas minorías que saquearon la riqueza material y rebelde de la ciudad que cobija tanta historia.

Habrá que gestar un nuevo cordobazo.

Uno nuevo y definitivo que arrase con tanta indiferencia disfrazada de burocracia y corazones privatizados.

Y ese nuevo y definitivo cordobazo que será acunado en el vientre de las mayorías cordobesas, el mismo lugar de donde viene el desesperado vientre de esta mujer peleadora y digna de treinta y dos años.
14/08/08

Fuente de datos: Diarios Popular 07-08-08 y Clarín 09-08-08
* Fuente: Agencia de Noticias Pelota de Trapo

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