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Ricardo Canese y la soberanía energética

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Decía Alexander Pope que quien dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera. A nadie mejor el sayo que a Ricardo Canese, quien prometió que el clérigo presidente Fernando Lugo lucharía por la soberanía energética al acceder al poder en Paraguay.

Lejos de tal promesa, sus primeras señales en materia hidroeléctrica fueron nombrar con principescos salarios a sus parientes en las entidades binacionales como Yacyreta.

Ha quedado confirmado con esta realidad como piedra lo que siempre habíamos señalado, aún a costa de soportar los ataques panfletarios, amenazas e insultos de sus familiares, de que Ricardo Canese es en realidad un triste periodista a sueldo del maccartismo, que con sus sandeces a dos céntimos la línea apenas busca complacer a su amo Aldo Zucolillo, además de ser confeso propagandista de los biocombustibles de George W. Bush..

Toda su retórica hidronacionalista, un burdo empeño de insuflar bríos a las retrógadas campañas de su patrón Zucolillo (jerarca de la SIP y beneficiario de USAID y la National Endowmnent for Democracy) contra la integración regional, ha quedado ridiculizada por la realpolitik y la praxis del mesías del Paraguay, el clérigo-presidente llegado al poder en ancas de la ignorancia y atraso de un país donde el catolicismo arraigó tanto con cinco siglos de látigo como para que evocar su simbología haga invulnerable e inflamable hasta a quienes se rodean de los más conspicuos personeros de la corrupción.

Aunque me considero un simple profano en el tema de la energía eléctrica, quisiera presentar algunos números, fechas y cuestionamientos a los que es tan afecto nuestro héroe Ricardo Canese cuando se trata de intentar socavar la imagen del MERCOSUR ante la opinión pública paraguaya, en beneficio de los intereses imperiales que todos sabemos que defiende.

En primer lugar, ¿Cuántos voltios se necesitan para provocar un cortocircuito que desencadene un incendio en la Ferretería Nueva Americana? Pues a pesar del poco conocimiento en tales asuntos en comparación con Canese, puedo asegurarle que la cifra exacta son 850.000 dólares de deuda tributaria.  El incendio de comercios, según las malas lenguas, era la recurrente vía con que su jefe Aldo Zucolillo evitaba pagar con recursos torcidos un “precio justo” por sus negocios al Estado Paraguayo, como puede verificarse revisando la resolución nº 54 del 6 de marzo de 1972, y las 327 y 328 del 26 de julio de 1991. El acta de la intervención de los inspectores de Hacienda estaba fechada el 1 de julio de 1991, y tres días más tarde la firma del jefe de Canese solicitó el fraccionamiento de su deuda. Desafortunadamente, el Ing. Ricardo Canese no estaba a cargo de asesorar con su sapiencia a los responsables de las instalaciones eléctricas del comercio, y en diciembre de ese mismo año las llamas del averno consumieron a la Ferretería.

Segundo, ¿Cuántos wattios de potencia aplicaba en su descarga la picana eléctrica que utilizaba su compañero de redacción Alcibíades González Delvalle, en tiempos en que trabajaba como policía de Edgar L. Ynsfrán? ¿Retribuye un precio justo a la sociedad paraguaya el lucro antisocial de los puertos privados de PAKSA, de donde proviene parte del dinero que financió su activismo político?

¿Cuántos niños desnudos y hambrientos podrían comer tres veces al día si se formalizaran algunos privilegios como ése? ¿Qué precio se pagaba por aparecer en los álbumes estronistas de Monte Domecq, otro de sus mecenas del movimiento Tekojoja? ¿Qué marca de fósforo usó Nerón para incendiar Roma?

Que la dignidad necesaria para reclamar en temas como la soberanía nacional no es una de las virtudes que adornan a Canese y a sus cofrades de Tekojoja se comprueba conociendo que en dicho grupo, financiado en buena parte por USAID,  militan ex miembros de la organización revolucionaria de los años 70’ OPM que para trepar políticamente inclinaron el espinazo ante sus propios verdugos. En sus tiempos de “revolucionarios” José Luis Simón, María Jesús Caballero, la izquierdista arrepentida Guillermina Kanonikoff, etc, eran presentados como peligrosos terroristas con sus fotos en tapa de ABC (como buscados al estilo del Far West), azuzando a los grupos de tareas del temible jefe de la policía política de Stroessner, Pastor Coronel.

Tres décadas después vimos el apasionado entusiasmo con que su delator de otrora, Aldo Zucolillo, promovió políticamente a sus perseguidos de antaño desde el mismo diario donde los señalaban como bestias a cazar por sus represores, y las antiguas víctimas retribuyeron con su servilismo a las falaces campañas del tenebroso zar de la prensa.

Difícilmente tengan el coraje de reclamar al Brasil por injusticias cometidas contra el Paraguay quienes carecen del coraje para encarar a su propio líder el clérigo-presidente, ante quien adoptan posición de plegaria mahometana y guardan silencio como si se tratase de un Dios, facilitando los despropósitos de su gobierno.

El resultado es lo que tenemos hoy en Paraguay, defensa de la soberanía energética con nepotismo, entreguismo para los empresarios coreanos de la Secta Moon y la imposición por la fuerza de una nueva ideología: el oscurantismo del siglo XXI. LAW.

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