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Chavez: sembrar maiz y soja, no como alimentos, sino como combustible, no lo soporta el planeta

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Para Chávez, la gira de Bush no es casual: “Nada es inocente. Es un plan. Están tratando de impedir que nazca el nuevo Mercosur”. La turista canosa y en bata atravesó como una tromba el lobby del hotel. Parecía enojada. La embajadora en Venezuela, Alicia Castro, la miró con curiosidad. “¿Estará enojada por todo lo que la rodea?”, se preguntó desde un mullido sillón del salón. La turista era alta y tenía esa palidez propia de los anglosajones. A su alrededor la rodeaba una vorágine de trajes negros con auriculares diminutos, algunas chaquetas rojas y unos cuantos rostros morenos. La multitud estaba compuesta por los guardaespaldas de Hugo Chávez, sus ministros, su equipo de prensa y los invitados argentinos que se habían acercado a esa hora, casi la medianoche, para ver de cerca al mandatario venezolano. En contraste con ese mundo agitado de la diplomacia, la turista conversaba en pantuflas con un botones del hotel. A pocos metros, la embajadora Castro se divertía con la imagen de entrecasa. La llegada de Chávez había revolucionado otra vez el Sheraton, su reducto preferido cada vez que viene a Buenos Aires.

La noche del jueves y la mañana de ayer alteraron nuevamente la rutina de uno de los hoteles más caros de la ciudad. Como cada vez que se encuentra con un tumulto de personas interesadas en saludarlo o conversar con él, Chávez no tuvo problemas en detenerse y hablar con los periodistas. Lo mismo había hecho en el aeropuerto. Página/12 participó de las entrevistas conjuntas que terminó concediendo en la medianoche del jueves y antes de partir ayer hacia la quinta de Olivos. En la primera se había juntado un grupo importante de invitados y personalidades afines al chavismo. Lo esperaban en el lobby del Sheraton.

Cuando escuchó la primera pregunta, Chávez detuvo su caminata y se largó a hablar. Enseguida quedaron en claro cuáles eran sus preocupaciones: el cambio de discurso y estrategia de George Bush hacia América latina y la oferta de reemplazar en forma progresiva el crudo por los combustibles biológicos. Detrás de bambalinas, cuando los grabadores estaban apagados, los bolivarianos confiaban que la “contragira” de Chávez por Argentina buscaba contrarrestar el esfuerzo de Washington por seducir a Brasil. En San Pablo, Bush propuso a Lula suscribir un acuerdo de cooperación para desarrollar el etanol. Chávez dedicó casi todo el tiempo a replicar e ironizar sobre las promesas del estadounidense. “Sería una locura sembrar mucho maíz, caña de azúcar y soja no para alimentar animales ni humanos sino para darle sustento al American way of life”, advirtió.

–¿Qué opina sobre las declaraciones de Bush en Brasil?
–Bush dijo que hay que terminar la revolución que empezaron Washington y Bolívar. ¿Vieron como trata de manipular? Compara a Washington con Bolívar. Washington nació pobre y murió rico. Bolívar nació rico y murió pobre. Washington fue el jefe de un proceso de independencia para apoyar a la elite esclavista. Cuando murió tenía haciendas y esclavos. Bolívar, en cambio, a los miles de esclavos que heredó los liberó y se los llevó a la guerra con la bandera de igualdad, libertad y fraternidad. Washington es el símbolo del capitalismo. Bolívar es un precursor del socialismo. Bush no dijo eso porque se le ocurrió. El no habla por sí mismo, tiene unos asesores que lo ponen a hablar. Es sospechoso que haya dicho que habrá que terminar las revoluciones que comenzaron Washington y Bolívar. Y que lo haga justo ahora que hemos detenido a un grupo de personas con algunas evidencias de que están preparando una vez más un magnicidio en Caracas. Es sospechosísimo.

–¿Qué opina del artículo que publicó el New York Times con el título “gracias Chávez”? (El diario dijo que gracias al venezolano el gobierno de Bush se había acordado de la pobreza en América latina.)
–Bush se está enterando ahora de que hay pobreza en América latina. ¡Y Cristóbal Colón descubrió las Indias! Y nos ofrece un gran plan: 75 millones de dólares y mandar un barco para atender a 80 mil pacientes y hacer mil quinientas operaciones. Bush habla de 75 millones de dólares como una cifra gigantesca cuando sólo entre La Habana y Caracas, en año y medio, hemos hecho ya 400 mil operaciones de Misión Milagros. Y entre Argentina y Venezuela lanzamos el Bono del Sur y captamos 1500 millones de dólares para proyectos de desarrollo. Habría que ver qué porcentaje significan esos 75 millones de dólares de los 500 mil millones de dólares que gasta Estados Unidos en armamento y en invadir pueblos, o en mantener 20 o 25 portaaviones nucleares en todo el mundo. Tienen el mundo ocupado militarmente. O qué porcentaje es lo que hemos pagado en deuda externa los pueblos de América latina en los últimos veinte años. Y la deuda no baja sino que se mantiene allí. Argentina y Venezuela nos hemos venido liberando de esa deuda del Fondo Monetario. Ya no lo vamos a necesitar, hasta le podríamos dar algún préstamo (risas). Ahora el Fondo está en crisis, están botando gente… Tienen que aplicarse su propio shock.

–¿Cree que Estados Unidos quiere aprovechar el conflicto por las papeleras entre Argentina y Uruguay para meter una cuña en el Mercosur?
–Nada es inocente. Es un plan. Están tratando de debilitar el Mercosur y sobre todo impedir que nazca el nuevo Mercosur, que es lo que nosotros proponemos con el ingreso de Venezuela. Y tratando de crear siempre fricciones entre Colombia y Venezuela. A esa gira imperialista nosotros le salimos al frente con esta gira antiimperialista.

–¿Se va a reunir con Evo Morales?
–En Bolivia sí nos vamos a juntar y vamos a ir a la zona de las inundaciones, que es terrible y es producto del cambio climático. Ahora viene Bush con este cuento del plan del etanol. ¡Es una locura! Bush ha dicho que al 2017 ellos van a producir la cantidad de etanol necesaria para sustituir hasta el 20 por el ciento de la gasolina. Eso suena como algo muy positivo. El ambiente, combustible verde, no contaminante… Veámoslo con la otra cara. Para producir un millón de barriles de etanol hay que sembrar veinte millones de hectáreas de maíz. Estaríamos sembrando mucho maíz, mucha caña de azúcar y mucha soja, pero no para alimentar ni animales ni humanos, sino vehículos, para darle sustento al American way of life. Eso no lo aguanta este planeta. Es una locura en verdad. Tenemos que responder con una alianza de países productores y exportadores de gas, empezando por Sudamérica. Bolivia, Venezuela, Argentina, que tiene una tecnología de gas muy avanzada. Es la respuesta que tenemos que dar.

–¿Cómo queda su relación con Lula tras la visita de Bush a San Pablo?
–Brasil tiene sus intereses y hay que respetarlos. Eso no pone en peligro para nada la relación de los países del Mercosur o la relación de Lula con Chávez. La amistad y la relación entre nosotros es incuestionable.

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