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"La República en Chile": una crítica visión sobre la remozada Constitución del 80

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Ex candidato a Contralor desnuda los componentes filosóficos autoritarios de nuestra orden constitucional y contrapone a ello el ideal republicano. Para él, características centrales de nuestro status son el »neoliberalismo» y el »neopresidencialismo». Agrega que »en una sociedad tan desigual como es la nuestra, es importante reconocer los derechos económicos y sociales»

"Por algo en nuestra actual Constitución Política, no está garantizado el derecho a la educación, sino la libertad para elegir donde estudiar; no está garantizado el acceso a la salud, sino que la libertad para elegir en qué isapre o sistema de salud nos atenderemos y no está garantizado el derecho a la previsión, sino que la libertad de elegir una AFP".

La frase anterior es una de las expresiones que utilizó el destacado jurista, constitucionalista y ex candidato a la Contraloría General de la República, Pablo Ruiz-Tagle, en el contexto de la presentación de su libro "La República en Chile: teoría y práctica del constitucionalismo republicano", de ediciones LOM, cuya autoría comparte con el doctor en filosofía Renato Cristi.
La publicación fue concebida como un trabajo sobre derecho constitucional chileno que pretende distinguir los fundamentos del constitucionalismo autoritario del republicano. También trata de vincular el pensamiento liberal con el republicanismo y es un argumento contra las versiones jurídicas y filosóficas del neoliberalismo.
Ruiz-Tagle está dedicado ahora de lleno a su trabajo académico, luego de su abortada postulación al máximo organismo fiscalizador del país. En realidad, como dicen sus amigos y compañeros de academia, "está dedicado a los grandes temas de interés nacional, de todos modos, pero desde las aulas". De hecho, el constitucionalista hace en su último libro una fuerte crítica a la estructura jurídico-constitucional heredada de la dictadura militar y califica de "neoliberal" y "neopresidencialista" a lareformada Constitución actual.
Ciertamente parte de los momentos provocadores del debate organizado para la presentación del libro- que fue comentado por el cientista político Oscar Godoy, el historiador Alfredo Jocelyn Holt y el sociólogo Manuel Antonio Garretón-, estuvieron marcados por la necesidad de generar a futuro un nuevo orden constitucional, que deba ser refrendado en su momento por la ciudadanía. Ni más, ni menos.

De todos esos temas y de su abortada postulación a la Contraloría, esto último muy escuetamente porque no es tema que le agrade, se ve, habló Ruiz Tagle con El Mostrador.cl.

– Usted se muestra bastante crítico del actual orden constitucional, al que califica de "neoliberal", definiendo así lo que denomina la "Quinta República". ¿Cuales son las características centrales de ese "momento republicano"?
– En que hay una concepción de los derechos que consiste en enfatizar los aspectos de libertad, en los derechos económicos y sociales, reduciéndolo mucho al concepto de propiedad, potenciando este aspecto, y de nuevo reafirmar todavía más el presidencialismo que en la Constitución del 25 ya había sido calificado de demasiado marcado. La paradoja es que en la Constitución que tenemos ahora se refuerza todavía más.

– ¿Una de las esencias de la República tiene que ver con el tema de la representación y la participación, en qué medida esos tópicos están resguardados o no en la actualidad, según su análisis?
– Con mi coautor lo que hemos querido enfatizar es que haya más formas de participación política, porque eso perfecciona nuestra democracia a nivel de ejercicio del voto, lo que se puede decir sobre la estructura de los derechos, que hayan derechos económicos y sociales. En una sociedad tan desigual como es la nuestra, es importante que haya un reconocimiento de los derechos económicos y sociales.

– Hay sectores que evalúan que los últimos gobiernos de la Concertación habrían cometido un error al avaluar la Constitución del 80, incluso con la firma del ultimo presidente democrático, en su versión reformada y que sería el momento, derechamente de hablar de un cambio constitucional. ¿Qué dice usted sobre eso?
– La verdad es que lo curioso es que la Constitución que tenemos es la más cambiada de la historia de Chile. Por eso nosotros la llamamos la Constitución gatopardo, porque mientras más se cambia , más queda igual. Ya el año 89 tuvo 54 reformas, a la fecha tiene más de 100 reformas constitucionales. Ninguna de las constituciones anteriores tuvo tantos cambios , pero la verdad es que se cambia de una forma que no necesariamente se le democratiza, se le abre, se la hace más compatible con los ideales de la libertad y la igualdad, y sobre todo no se cambia la sustancia dogmática. La parte filosófica e ideológica que está en los primeros capítulos de la Constitución y este libro nuestro es una crítica a eso, a su parte conceptual, de la Constitución, que caracterizamos con los términos de neoliberalismo y neopresidencialismo.

– ¿Se habla de imperfecciones de este modelo de República, eso tiene que ver con como se concibió o con que la clase política no está al altura de los cambios que se necesitan?
– Las dos cosas. Hay una concepción que tiene un fundamento no democrático, que no es republicano, esa es la verdad, y que es lo que se trata de identificar en el libro y también hay una práctica. Una práctica constitucional que no ha sido suficientemente atenta y lo suficientemente decidida para mejorar nuestra Constitución y hacerla más democrática.

– Temas como el sistema binominal, con todos los esfuerzos que se quiera hacer de participación, parecen ser bastante cruciales en esto…
– Por supuesto. Ese es un tema muy interesante. Porque originalmente la Constitución, para que veamos esto de la teoria y la práctica, tenia un articulo octavo que prohibía los grupos marxistas. Decía que cualquier grupo y organización marxista no podía funcionar en el sistema. Estaba excluido. Bueno, eso se cambió, y aparentemente, uno podría decir que ahora estamos felices porque en realidad ya no hay exclusión, pero vemos la exclusión, del mismo modo, expresada en el sistema electoral, que al darle un subsidio a la segunda mayoría, crea una izquierda extraparlamentaria, extrasistema, entonces la exclusión política e ideológica que existió en el inicio, se produce por una técnica electoral. Entonces se ve cómo la practica y la teoría se juntan para producir el mismo resultado.

– Este desafío grueso que ustedes plantean de repensar una nueva república, incluso se hablo de una nueva generación, ¿qué se debiera hacer al respecto?
– Trabajar duro, hacer discusión académica, leer y gastar tiempo reflexionando sobre eso y no en la farándula. En el estudio y el trabajo de todos los días. Hay mucha gente que está haciendo eso y, aunque no hay, digamos, una unidad, del surgimiento en Chile de muchos centros intelectuales, en distintas universidades y lugares, que tienen este propósito.

– ¿Los sectores políticos aportan a ello?
– Es mas lento el aporte de ellos, pero lo hay también. Hay gente muy importante que se dedica al servicio publico, a la vida política y que hace un esfuerzo personal y familiar significativo muy grande.

La Contraloría

– ¿Que le parecieron los comentarios sobre su frustrada postulación a la Contraloría?
– Bueno, el Senado tiene el derecho a rechazar… En fin, y
o puse mi nombre a disposición y me sentí honrado cuando la Presidenta me propuso para el cargo y ahora, como ustedes ven, estoy dedicado a lo que siempre me he dedicado. Estoy tranquilo…

– ¿No le parece que ha sido demasiado extensa la discusión sobre este tema?
– Yo no sé, estoy tranquilo haciendo mis cosas. Puse mi nombre y lo mejor que tenía para servir a la Republica de Chile. No funcionó y qué le vamos a hacer…
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