"También es posible amar"
por Manuel Guerrero Antequera (Chile)
20 años atrás 6 min lectura
Intervención improvisada durante la inauguración del memorial "Un lugar para la memoria: Nattino, Parada, Guerrero"
Querida Presidenta de Chile;
Queridos familiares de José Manuel, Santiago, y mi papá;
Querido compañero Guillermo Tellier, presidente del Partido Comunista de Chile, partido en el cual militaron nuestros tres familiares;
Queridos amigos y amigas:
En estos precisos minutos que estamos compartiendo acá hace 21 años trasladaban a José Manuel y a mi padre, dentro de un vehículo camino, hoy sabemos, al local llamado la firma o la Dicomcar en la calle Dieciocho.
Pocas horas antes, a las ocho y media de la mañana, ese 29 de marzo, que cayó día viernes el año 85, yo había llegado al colegio, tenía 14 años y vi en la puerta a mi padre, que recibía a los niños conversando con José Manuel, apoderados del colegio, camaradas de juventud, de batalla por los DDHH de los años 70, del año 76 en adelante.
Lo saludé y le di un beso, él me llevó a un lado y me dijo Manuelito, secuestraron a un grupo de profesores de la AGECH y los aprehensores les preguntaron por mí. Poco tiempo antes, secuestraron a un militante comunistas, Arriagada, y también le preguntaron por mí.
Lo miré atónito, tenía 14 años, pero era suficiente para tener la lógica de decirle escóndete, ándate del país, qué haces aquí en las puertas del colegio, te van a tomar. Me miró y me dijo no, yo ya salí una vez del país. Ya viví el exilio. Este es mi país, este es mi trabajo, aquí está mi familia. Yo de aquí no me muevo.
No pude entender, no pude entender. él estaba con una paciencia, una tranquilidad máxima. Le di un beso y me fui a la sala de clases y a los minutos, escuchamos un helicóptero aterrizar casi en el techo de nuestro colegio, escuchamos un frenazo de un auto, griterío, forcejeo, balazos, silencio. Tomé del brazo a Ignacio, mi compañero de curso, y le dije es mi papá.
Entró la presidenta del Centro de Alumnos a la sala, pidió hablar conmigo y me paré y le dije se llevaron a mi papá. Ella me dijo Sí y se largó a llorar.
Lo secuestraron de un colegio; los que se lo llevaron eran Carabineros de Chile, civiles, había un ex militante. El tránsito estaba detenido para que el rapto pudiese ser más fácil, los recursos eran del Estado, el Estado somos nosotros.
Para convivir en sociedad se requiere un mínimo, un mínimo de seguridad que permita que estemos sentados acá, con tranquilidad, sin temor a que este techo se nos venga encima de la cabeza. Se requiere de una seguridad mínima de que si uno deja a sus niños en el colegio, los va a recibir sanos y salvos. Se requiere una seguridad mínima, una certeza ontológica mínima de que podemos ser en esta vida.
Lo buscamos por todas partes. Estábamos en Estado de Sitio, se movió la Iglesia Católica con toda la fuerza que demostró en el compromiso por los DDHH, se movieron los sindicatos, todos los partidos de oposición.
Hubo gente de las FFAA que nos llamó para solidarizar, que esto no puede ser, que esto simplemente no puede ser.
Al día siguiente, un campesino los encontró acá. A los tres con los cuerpos torturados, degollados. Yo iba con mi abuelo el sábado en la mañana y vimos los titulares del diario y decía los encontraron degollados. Me acerqué y le dije abuelo, qué es degollado. Me explicó y me fui a la casa. América, mi hermanita de ocho años, estaba viendo monitos animados, le dije lo encontraron. Está muerto el papá y me dijo Cómo. Y le tuve que enseñar a una niña de ocho años lo que es degollar.
No, nadie se merece eso, nadie. Terrorismo de Estado. El Estado con la misión de cuidar a sus ciudadanos, de protegerlos, de acogerlos, de ser el útero que los cría, los educa, los mantiene, que los hace producir vuelto contra sus propios ciudadanos.
Sin embargo, el pueblo chileno, las madres, las hijas, las compañeras, las viudas fueron más fuertes. El amor fue más fuerte y salimos todos los viernes al bandejón central frente a La Moneda, en plena dictadura, con el mismo clavel en la mano a exigir justicia.
Fuimos al cementerio, nos jugamos por los DDHH en plena dictadura, creímos en la justicia, los atrapamos, tuvimos misericordia y con Estela, Elena y Owana dijimos que no queríamos pena de muerte, porque creemos en los seres humanos y nadie nace torturador, nadie nace asesino. Eso se educa, se forma, se enseña y eso es lo siniestro. Que un país hermoso y bello como Chile haya educado a ciudadanos a matar a otros conciudadanos.
Todo esto existe y hay que mirarlo a la cara. El terror está ahí, al lado de uno, a las puertas del colegio. Y hay que aprender a vivir con eso, a convivir con eso.
Santiago Nattino, artista, diseñador gráfico dedicó su vida al arte comprometido. él diseñó el logo del Fasic, que es un logo cristiano, un pez. José Manuel parada, sociólogo, dedicó las ciencias sociales a crear una gran base de datos con testimonios de DDHH. Mi padre, Manuel Guerrero, educador, dedicó su vida a una educación distinta. Ese es el recuerdo.
El 29 y el 30 de marzo es un shock, una señal para todos de ayer y de hoy, no es un problema del pasado, es un problema de mañana, pero el recuerdo es un recuerdo de lucha, de compromiso, el recuerdo de las ciencias sociales trabajando por la humanidad, del arte comprometido, de la educación generando gente nueva, unida, sin divisiones ni exclusiones.
Yo me saco el sombrero frente a Estela, la señora Elena, Owana, mi mamá, frente a América, Javiera y los tres hijos de Santiago. Aquí estamos sin odio, nada, ni una pizca de ánimo de venganza, tranquilos como el agua, simplemente compartiendo con nuestros familiares y la Presidenta porque creemos en el ser humano, incluso en aquellos que estuvieron acá asesinando.
Por eso, estamos por la justicia, por eso no vamos a parar, vamos a continuar hasta que aparezcan todos nuestros hermanos, familiares y tíos detenidos desaparecidos, hasta que se haga justicia plena en Estado de Derecho, con debido proceso, porque no se trata de nosotros, se trata de todos.
Estas tres sillas van a permanecer acá, porque los niños que vayan al aeropuerto, sean hijos de la familia que sea, de los colores políticos que sean, civiles o militares, van a preguntar "papá, mamá, ¿por qué hay esas tres sillas?" y ahí van a aparecer Manuel, José Manuel, Santiago y algo de lo que nosotros hicimos.
Algún día nos vamos a poder abrazar. Por mientras, estas sillas nos recuerdan que esto fue posible, pero que también es posible amar.
Artículos Relacionados
Periodistas condenan violaciones a los DDHH, rechazan intentos por acallar voces o condicionar coberturas de prensa
por Periodistas
6 años atrás 3 min lectura
Honduras: El movimiento obrero y popular a la cabeza de la resistencia
por Giorgio Trucchi (Honduras)
16 años atrás 4 min lectura
La situación que vive y los esfuerzos que se están haciendo para salvar la Universidad ARCIS
por Elisa Neumann (Chile)
10 años atrás 7 min lectura
Carta abierta a la Presidenta Bachelet sobre Defensoría de las Personas
por Amnistía Internacional (Chile)
16 años atrás 3 min lectura
400 académicos solicitan a Obama un «cambio fundamental» en la política de EEUU en América Latina
por Académicos (EE.UU)
17 años atrás 5 min lectura
ONU invitó a estado de Chile a investigar casos de arresto y deportación de periodistas y cineasta
por Colegio de Periodista de Chile
16 años atrás 2 min lectura
Empampando la vida: La historia de Claudina Morales
por Iván Vera-Pinto Soto (Iquique, Chile)
5 horas atrás
24 de septiembre de 2025
Claudina nos enseña que la revolución más profunda nace del amor, de la educación, de la organización y de la conciencia de quienes no se dejan silenciar, y que la vida, por más dura que sea, se transforma cuando uno se entrega de lleno a vivirla.
Experto judío en Holocausto: «Los israelíes están hoy más preocupados por perder Eurovisión que por el Genocidio de Gaza»
por Francisco Carrión (España)
1 día atrás
23 de septiembre de 2025
«Crecí en un hogar sionista. Serví en el ejército israelí. Creo, y sigo creyendo, en el derecho de Israel a existir. Pero la forma en que se ha convertido Israel; el sionismo que ahora dice tener; el régimen que ha creado; el racismo; la intolerancia; la violencia; el odio… son cosas que no puedo apoyar».
Experto judío en Holocausto: «Los israelíes están hoy más preocupados por perder Eurovisión que por el Genocidio de Gaza»
por Francisco Carrión (España)
1 día atrás
23 de septiembre de 2025
«Crecí en un hogar sionista. Serví en el ejército israelí. Creo, y sigo creyendo, en el derecho de Israel a existir. Pero la forma en que se ha convertido Israel; el sionismo que ahora dice tener; el régimen que ha creado; el racismo; la intolerancia; la violencia; el odio… son cosas que no puedo apoyar».
«No hay niño mío ni tuyo ni suyo, los niños son nuestros»
por Jorge Drexler y Jorge Limón
2 días atrás
22 de septiembre de 2025
El Fin y el medio
Canción de Javier Limón y Jorge Drexler ‧ 2018
Letras
Un refugiado es un refugiado
Un niño es un niño y el miedo es el miedo
Destierro es destierro
Y una hipocresía es una hipocresía
No hay signo, no hay bando
No hay ideología ni misterio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
Un daño es un daño, del verbo dañar
Todos los daños son daños centrales
Un niño es un niño
No existen los daños colaterales
No hay meta, no hay causa
Ningún motivo, ningún premio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
El fin es un punto por siempre distante
Una cambiante ficción
Un ciclón a merced de una hoja
Una paradoja como la de Zenón
Donde algo parece que se va acercando
Y siempre se escapa, siempre se esconde
Siempre a la misma exacta distancia
De un mismo horizonte (mismo horizonte)
El dedo que aprieta el gatillo
Debería saber esto
No hay tuyos ni suyos ni míos
Si son niños, son nuestros (todos los niños son nuestros)
Ni patria ni credo hay
Ni diferencias de criterio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio
No hay un solo fin
Que justifique cualquier medio