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El PSOE gana y gobernaría con Ciudadanos o con Unidas Podemos y los nacionalistas

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El PSOE, junto a Podemos, le dobla con holgura el pulso a la apuesta de Vox, PP y Ciudadanos. La ultraderecha entra en el Congreso. El PP se hunde mientras Ciudadanos le pisa los talones

El PSOE ha logrado recuperar el liderazgo en la escena nacional, que había perdido en el año 2011. Después de una travesía del desierto de su líder, Pedro Sánchez, y de una moción de censura que acabó con el PP de Mariano Rajoy, y once años después de su última victoria -en las elecciones de 2008-, el PSOE es de nuevo la fuerza más votada.

El proyecto de las derechas y la ultraderecha de gobernar España a lomos de la crisis catalana fracasó con estrépito y la irrupción de Vox, en lugar de galvanizar el voto, lo que hizo fue castigar al PP, que obtuvo un resultado desastroso, el peor de su historia -obtuvo menos escaños que Podemos en 2016- y que tendrá obligatoriamente que replantearse a fondo estrategias y proyecto. El PP ha desaparecido en el País Vasco y solo ha obtenido un escaño en Catalunya.

La cercanía de Ciudadanos le disputa la hegemonía en la derecha y la enorme distancia con el PSOE hacen que el liderazgo de Pablo Casado se tambalee a las primeras de cambio. Como elementos que explican este resultado del PP está la bisoñez del líder, la gestión desastrosa de la crisis en Cataluña, su cercanía a la ultraderecha, y la corrupción.

La estrategia de Pedro Sánchez de erigirse en el defensor de los valores democráticos y de recuperar la convivencia en Catalunya frente al proyecto reaccionario impulsado por Vox tras su decisiva irrupción en Andalucía, le ha doblado el pulso a la derecha y a la ultraderecha, que habían planteado estos comicios como un partido entre dos bloques y pretendían reeditar alguna versión del pacto andaluz entre PP, Ciudadanos y Vox.

PSOE y Unidas Podemos, la formación que dirige Pablo Iglesias, que, aunque pierde apoyos respecto a 2015 y 2016, que regresan al PSOE, obtiene una posición decisiva, suman, con el 93% escrutado, 164 escaños, muy por encima de la cifra que alcanzaron PP, Cs y Vox, que se quedaron en 146. Sánchez e Iglesias tienen al alcance una mayoría para gobernar.

Emerge también una mayoría absoluta  de PSOE junto a Ciudadanos, que, para ejecutarse, requeriría que Albert Rivera levantase el veto que le impuso al PSOE de Sánchez en la precampaña electoral.

Alta participación

La jornada estuvo marcada por una alta participación, por encima del 75%, nueve puntos más que en 2016, similar a la del año 2004, cuando ganó las elecciones el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, después de los atentados de. Atocha. La movilización de los jóvenes, según expertos demoscópicos consultados por Público, marcó estos comicios. Su implicación y su mayor simpatía por PSOE y Unidas Podemos, y su rechazo a Vox habría jugado un relevante papel en estos comicios.

El Senado, decisivo en estos comicios por la intención de PP, Ciudadanos y Vox de aplicar un 155 indefinido en Catalunya, quedó en manos del PSOE, con lo que esta medida queda descartada.

La ultraderecha irrumpe por primera vez desde la transición en el Congreso con 23 escaños, pero aunque el dato puede parecer muy alto, está por debajo de sus expectativas, y se colocó como quinta fuerza. El partido de Santiago Abascal, empero, ha asustado al electorado, que no le ha dado la llave del país, y ha liquidado las ambiciones de Casado de ser presidente de la misma manera que Juanma Moreno en Andalucía. Con el  apoyo ultra.

Rivera no logró su objetivo declarado: alcanzar una mayoría a la andaluza. Su cordón sanitario a Sánchez y su afán por colocar la crisis en Catalunya en el primer plano y convertir estas elecciones en un juicio al independentismo fracasó. Sin embargo, el hundimiento del PP y el crecimiento en escaños le permiten salir airoso de la contienda electoral.

Pedro Sánchez la ha vuelto a hacer. Ha obtenido una victoria indiscutible y será presidente, de una u otra manera, por méritos propios. El PSOE ha encontrado un líder, podría decirse, inesperado. Después de haber frenado el sorpasso de Podemos en 2015y 2016, ahora, tres años después, y tras superar su defenestramiento y toda una serie de vicisitudes y peripecias que le han dado fortaleza, ha logrado asentarse. Desde las elecciones de 2008, las últimas que ganó Zapatero, el PSOE no ganaba unos comicios en el ámbito nacional. El PSOE superó en esta ocasión los 110 escaños de las elecciones de 2011, cuando el candidato fue Alfredo Pérez Rubalcaba.

En Catalunya, la participación fue muy alta, por encima del 77%. ERC obtiene un resultado excelente y con 15 escaños aglutina buena parte del voto independentista. JxCat se queda en cuarto lugar, por detrás del PSC, que se recupera también de los últimos varapalos y logra doce asientos, y de En Comú-Podem.

Y en Andalucía, en donde la irrupción de Vox causó un vuelco electoral y liquidó la hegemonía del PSOE el pasado mes de diciembre, la izquierda recupera el liderazgo y Ciudadanos supera al PP en número de votos. La suma de PSOE (24) y Podemos (9) supera ampliamente a la de la mayoría del Gobierno, formado por PP (11) y Cs (11), con los apoyos de los ultras, que se quedaron en seis escaños.

*Fuente: Publico.es

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