Era el 21 de marzo de 2012, en el auditorio principal de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) y Enrique Correa Ríos desplegaba ante los grandes empresarios su mirada sobre cómo enfrentar un país distinto y convulsionado por las masivas movilizaciones estudiantiles de 2011, que instalaron discusiones ajenas al sentir de la elite, como el fin al lucro en la educación. “Si todo lo que hacemos ahora es oponernos a los cambios estos cambiarán fuera de nuestro control, si lo que hacemos es oír lo que ocurre y cooperar con los cambios, seguiremos jugando un papel en los asuntos del país, esa es la disyuntiva”, señalaba entonces Correa.