La Población Valle Verde, en Iquique, practicamente no existe para las autoridades. Cada vez que piden ayuda policial, esta no llega; a veces incluso les cortan la llamada. Ahora, cuando estos vecinos protestaron empujados por el hambre, entonces si vinieron, con la orden de «terminar si o si con la protesta». Y  entraron con el guanaco por calles y pasajes, lanzando agua y gases, provocando quebrazón de vidrios y afectando con los efectos de aquello, a adultos mayores y niños. «Quien siembra vientos, cosecha tempestades»