Hacia una integración regional desde los buenos vivires
La importancia de que en la nueva constitución se incluya como mínimo en su preámbulo, al igual que en otra constituciones de la región (Colombia, Ecuador y Venezuela), que el Estado de Chile promoverá relaciones de integración de toda índole (política, económica, social, cultural, ambiental) con el resto del mundo, particularmente con los Estados de América Latina y el Caribe.
La unidad la hacen los pueblos: el Carnaval con la fuerza del sol en Arica
Lejos de los Sebastián Piñera, Martín Vizcarra y Jeanine Áñez -y sobre todo de Donald Trump y Luis Almagro- 64 agrupaciones de Chile, Perú y Bolivia de ascendencia Aymara, festejaron durante tres días, en Arica, la ciudad más septentrional de Chile, que alguna vez perteneció al Perú, el Carnaval Andino Con la Fuerza del Sol Arica 2020
No hacía falta instituciones burocráticas, ni presidentes, ni Unasur, Celac u OEA, en claro indicio de que la integración la hacen los pueblos. Y aunque sigan cerrando los organismos de cooperación, de colaboración, de integración por mandato de Washington a los gobiernos socios-cómplices de la región, los pueblos seguirán reuniéndose, celebrando su cultura, con orgullo y sobre todo, con muchas alegría.
Las sanciones provocan un giro en la política exterior brasileña hacia Venezuela
El aparente deslinde del gobierno brasileño del modo de proceder intervencionista y agresivo incubado desde el Grupo de Lima pudiera deberse a que las condiciones internas del resto de los países se han debilitado. Desde la crisis financiera en Argentina pasando por el reacomodo geopolítico que significó la victoria de Andrés Manuel López Obrador en México hasta la debacle institucional peruana que comenzó con la salida de Pedro Pablo Kuczynski y que sigue con los llamados “audios de la vergüenza”, los gobiernos latinoamericanos subordinados a Washington parecieran perder fuerza en su empeño contra Venezuela.
Bolivia: Canciller brasileño afirma importancia de la UNASUR y carácter integrador de la gestión boliviana
El canciller de Brasil, Aloysio Nunes, remarcó el lunes la importancia de mantener la existencia de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y destacó el carácter integrador de Bolivia, que asumirá el próximo año la presidencia pro témpore de ese organismo regional. Nunes, citado en un boletín de prensa de la Cancillería de Bolivia, urgió que se debe buscar el diálogo para superar los impases políticos que están “trabando” el funcionamiento de Unasur.
En disputa el futuro de los procesos de integración latinoamericana
Los procesos de integración de América Latina y el Caribe, que en los últimos quince años dieron un salto cualitativo notable con la formación de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), se encuentran en este 2018 en la encrucijada para definir su destino en medio de una disputa que enfrenta el dilema histórico en un cuadro geopolítico mundial de alta complejidad: unidos o dominados los países y pueblos de la región.
Patria Grande
Como han hecho a lo largo de nuestra historia, aunque varían las formas y mecanismos, esos poderes buscarán destruir cualquier proceso de cambios serio y real en cada uno de nuestros países. Es errado e ingenuo creer que alguno de nuestros países, o alguna fuerza progresista, no sufrirán este asedio inmisericorde, si pretenden cambios auténticos hacia la soberanía y la justicia social. Si hay alguna posibilidad de cambios reales y duraderos en cualquier país de Nuestra América, será como parte de una región unida y fuerte o no será.
“El Acuerdo Transpacífico, ¿una amenaza a la integración latinoamericana?”
El recientemente firmado Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP) tendrá implicancias determinantes no solo para el futuro de la economía internacional, sino del orden global1 En ese sentido, su consolidación o estancamiento determinará en gran medida el devenir de la integración regional latinoamericana.
La solidaridad latinoamericana e internacional con Argentina en la Guerra de Las Malvinas
Uno de los aspectos menos considerados cuando se recuerda la controvertida decisión de la Junta Militar argentina de 1982, de ocupar las Islas Malvinas, es el de los gobiernos latinoamericanos que ofrecieron o trajeron ayuda bélica contra los ingleses. Fue un hecho geopolítico inédito en la historia continental desde las guerras de Independencia, aunque esa ayuda no significó en todos los casos apoyo político a la Junta genocida. De hecho, este aspecto dividió aguas en el mapa diplomático latinoamericano. Los gobiernos de Chile, Colombia y Trinidad Tobago se colocaron del lado de la potencia invasora, Inglaterra, y de su socio global, Estados Unidos. Pero los gobiernos de Perú, Venezuela, Cuba, Brasil, Nicaragua y República Dominicana, aportaron pertrechos bélicos o lo ofrecieron sin haberlo podido entregar, o lo enviaron y la Junta Militar lo abandonó.
EE.UU., la peor amenaza latinoamericana
La estrategia de los gringos es continuar utilizando la prospectiva para analizar y la ofensiva para crear su propia realidad afín. Porque el gobierno trabaja permanentemente como Estado en guerra. Es violencia día tras día, porque aplica la estrategia del imperio romano: de vasallaje, sometimiento, violencia y guerras continuas. No queda más que la denuncia. Luego vienen la solidaridad, la organización y la reacción, individual y colectiva. El asunto no es solo Latinoamericano, sino mundial, porque en otras regiones también hace lo propio.
La Presidenta no puede mal usar el nombre de Camilo Henríquez
“La soberanía reside en el pueblo. Ella es una e indivisible, imprescriptible e inalienable. Una porción del pueblo no es la soberanía, ni puede ejercer la potencia soberana del pueblo entero. El pueblo tiene siempre derecho de rever y reformar su Constitución. Una generación no puede sujetar irrevocablemente a sus leyes a las generaciones futuras. Todos los hombres libres tienen derecho de concurrir a la formación de la Constitución” (C. Henríquez, 1813)