Últimas palabras del Presidente Salvador Allende Gossens
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.
«Me seguirán oyendo»
“Me dirijo a la juventud, aquellos que cantaron, entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente en los atentados terroristas, volando puentes, cortando las líneas férreas, destruyendo los oleoductos y gaseoductos. Frente al silencio de los que tenían la obligación de proceder, estaban comprometidos. La historia los juzgará. Seguramente Radio Magallanes será acallada, y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa, me seguirán oyendo, por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal a la lealtad de los trabajadores.”