Muchos de los nombres de la TV actual son los mismos de la dictadura, muchos de los dueños de las radios igual, son nombres que se repiten y que siguen erigiéndose en monopolio hegemónico de “lo que existe”, y se entiende que se aferren a su feudo, ganan sueldos millonarios y disfrutan de una “popularidad” cacareada en diarios y radios que difunden lo mismo. La única ley que serviría es democratizar de verdad los medios de comunicación, que no son ni siquiera chilenos en algunos casos. La música que ofrecen tipo clan gigante o calducho de liceo es de bajo nivel…