Catorce contra dos: una goleada con más justificaciones que responsables
La voz del pueblo no siempre es la voz de Dios, pues si la siguiéramos, por ejemplo, se hubiera reinstalado la muerte en Chile. Aun cuando más del 85% de los ciudadanos chilenos siguen a los ridículos chauvinistas – entre ellos algunos parlamentarios -, para mí el nacionalismo es la antesala del fascismo, en consecuencia, en este caso del fallo de la Corte Internacional de La Haya, orgullosamente me declaro “enemigo del pueblo” – en un parangón con la obra de Ibsen – así me sumé a la minoría, que busca una salida al conflicto con Bolivia por medio del diálogo, en que ambos países salen gananciosos.