Nils Melzer, relator de la ONU sobre Torturas dice: «Finalmente, me di cuenta de que la propaganda me había cegado y de que Assange había sido sistemáticamente difamado para desviar la atención de los crímenes que había expuesto». Asimismo, hace hincapié en que la campaña en contra del fundador de WikiLeaks pasó de la simple calumnia y la persecución estatal a la completa tortura psicológica. «Una vez que había sido deshumanizado por el aislamiento, el ridículo y la vergüenza […] era fácil privarlo de sus derechos más fundamentales sin provocar indignación pública en todo el mundo»,