¿Qué grados de alegría sentirán los pueblos europeos, especialmente alemanes, ingleses y franceses, cuando por seguir de modo indigno las órdenes del Capitán América, civiles indefensos sean asesinados en sus propios países por los terroristas que ellos financiaron?¿Tendrán la valentía de exigir una corte internacional que juzgue a los autores intelectuales de este genocidio?