¿Cómo calificar los calurosos días que se suceden en medio de una engañosa normalidad? Vela de armas, Paz armada, Calma que precede la tempestad, Día D -1… Lo cierto es que la costra política parasitaria no duerme, ni hace falta que se despierte: el muladar de sus intereses está en juego. Para prolongar la servidumbre de todo un pueblo vale todo. Una nota -acerada- de Edmundo Moure.