Snowden, que en 2013 filtró información altamente confidencial sobre los programas de vigilancia globales de los servicios de inteligencia estadounidense —lo que le valió la acusación de traidor—, argumenta que las tecnologías modernas militarizadas, con ayuda de los medios sociales y los gigantes tecnológicos, permite que los gobiernos se vuelvan «todopoderosos» en su capacidad de monitorear, analizar e influir en el comportamiento de la gente.