El sufragio es, en la práctica, universal y de inscripción automática; en la Comunidad Europea puede votar un número aproximado a 400 millones de ciudadanos; en Colombia, 30 millones; en Chile, 13 millones, sin embargo, en estos casos citados sólo vota el 40% de los inscritos. Este fenómeno de desafección por los procesos electorales es uno de los problemas centrales de las democracias.