Agua, ¿preludio de guerra en América?
La sequía azota la costa oeste de EE.UU. Esas noticias nos deben hacer recordar el interés manifiesto que a lo largo de estos últimos años ha demostrado Estados Unidos en tener una mayor presencia en la zona cercana al Acuífero Guaraní que se extiende desde el norte de Brasil hasta la pampa argentina. Se calcula que tiene 37 000 millones de metros cúbicos, y cada kilómetro cúbico es igual a 1 billón de litros.
¿Quién decide qué hacer con el agua en Chile?
La escasez de agua, que llega a niveles tan dramáticos que hoy atenta contra la dignidad humana más básica, esa que nos permite preguntarnos si estamos viviendo como seres humanos o si en realidad estamos volviendo a la animalidad más básica, esa que podría admitir matarnos entre nosotros para conseguir un sorbo de agua… ¿es eso lo que espera la autoridad para reaccionar?, ¿qué se desate un conflicto social de proporciones?
Los dueños del agua
Ahora en países del tercer mundo empresas como Nestlé se instalan y explotan el agua en cantidades astronómicas, sin permitir el acceso a los más pobres que viven de manera infrahumana a pocos metros de su extracción.
Imprevisión más Ideología igual Desastre
Nunca nos hemos caracterizado por ser previsores. La clase media chilena no tiene ahorros, los resumideros de los alcantarillados no suelen ser limpiados ni por la Municipalidad ni por los vecinos. Los terremotos nos hacen mella mientras dura el impacto, y los tsunamis no consiguen que se hagan planes reguladores en los municipios costeros. Pero antes de que empezáramos a tomar conciencia de esta carencia de previsión, los ideólogos del neoliberalismo nos embutieron por las narices la filosofía de don Ramón Barros Luco [..] que decía: «Los problemas que tienen solución, se solucionan solos. Los que no tienen solución, no se solucionan nunca.» Y después de emanar esta verdad, se quedó tan contento.
El mundo en que vivimos es ecocida
Nuestra investigación parte de la siguiente observación: hay una aguda patología inherente al sistema que actualmente domina y explota el mundo: la pobreza, la desigualdad social, el agotamiento de la Tierra y el fuerte desequilibrio del sistema-vida. Las mismas fuerzas e ideologías que explotan y excluyen los pobres también están devastando toda la comunidad de vida y socavando las bases ecológicas que sostienen el planeta Tierra.