Urgente: En Paine, ¡Monsanto ataca de nuevo!
Con una reputación cada vez peor en Europa, la transnacional no logró imponer allí los cultivos transgénicos y ve cuestionado en Francia y Alemania su producto estrella, el cancerígeno herbicida glifosato. Por eso, esta industria productora de agrotóxicos y transgénicos pretende utilizar América Latina como cabeza de playa para recuperar sus ganancias, que vienen cayendo en los últimos meses. Aquí cuenta con el apoyo de las autoridades de turno. En su planta de tratamiento de semillas transgénicas e híbridas, ubicada en Paine, al sur de Santiago, acaba de presentar un proyecto de expansión en el Servicio de Evaluación de Ambiental, bajo la figura de Declaración de Impacto Ambiental (DIA).
La respuesta campesina e indígena a la nueva “Ley Monsanto”
Las comunidades campesinas, reunidas en el Hogar del Maestro, ahora coordinadas en red y apoyadas por organizaciones sociales y ambientales, rechazan cualquier nueva Ley de Obtentores porque el objetivo de esa ley, es promulgar el nocivo Convenio UPOV 91, nefasto para la agricultura familiar campesina. Proponen en cambio que el Estado legisle a favor de la producción y venta de semillas nativas/tradicionales que ellos y ellas usan, y poner fin a la imposición por las entidades del agro (INDAP vía Prodesal y PDTI), de paquetes tecnológicos con agrotóxicos y semillas híbridas (“mejoradas” de alto precio), registradas por los obtentores.
Por qué los cultivos transgénicos son una amenaza a los campesinos, la soberanía alimentaria, la salud y la biodiversidad en el planeta
Casi veinte años de cultivos transgénicos ¿Qué nos han dado? Al contrario de lo que prometían las empresas, la realidad de los cultivos transgénicos, basada en las estadísticas oficiales de Estados Unidos –el mayor productor de cultivos transgénicos a nivel global– muestran que éstos han tenido menor productividad por hectárea que las semillas que ya estaban en el mercado, pero han significado un aumento exponencial en el uso de agrotóxicos.
Monsanto manipula genéticamente a la naturaleza y daña al ser humano
Monsanto hizo posible la existencia de las semillas Terminator que se traduce en una “secuencia suicida” o «semillas suicidas»: Es una toxina que mata al embrión en un momento de su desarrollo. Esta secuencia se activa gracias a la aplicación de un agente químico externo antes de vender las semillas al agricultor. Es decir las semillas saldrán programadas para nacer una sola vez, haciendo que su descendencia sea estéril, para evitar que el agricultor las pueda volver a sembrar sin ningún costo.